Esta manualidad artística guarda cierto parecido con los tapices de medio punto, que traían impreso un dibujo a color sobre una tela e incorporaban hilos de diferentes colores. La superficie por la que había que pasar la aguja se componía de pequeños agujeritos sobre los que teníamos que introducir el elemento punzante según el color reflejado en el mismo hasta completar el dibujo en su totalidad. Otro ejemplo con el que te has podido encontrar en la vida real es aquel extraído de los libros de colorear en el que el diseño representado contenía unos números que se asociaban a un color determinado y una vez pintado cada uno de los huecos se podía ver con claridad lo que en él estaba representado. Pues bien, en el diamond painting existe una lámina compuesta por diferentes símbolos, números y letras y en uno de sus laterales añade una tabla explicativa en la que se puede ver como cada uno de estos se asocia a un color. Pero también puede ser que traiga la leyenda en un papel aparte. Una vez vista la referencia que hace falta en cada caso, habría que buscar la pieza que corresponde a ese color. Lo aconsejable es adquirir un kit, puesto que este trae todo lo que se necesita para iniciarse en esta técnica.

Este pack se compone de una lámina con un diseño impreso. Esta será más o menos grande dependiendo del dibujo. Se acompaña de los diamantes de cristal, que pueden ser de resina o de plástico, de un bolígrafo, un bloque de cera, una bandeja y unas pinzas. Después, dependiendo de lo completo que este sea, puede añadir un organizador transparente para colocar las piezas de colores y tenerlas siempre visibles, más de un bolígrafo y cabezales. Este último aparato puede ser de gran utilidad al permitir insertar más de un brillante de cada vez, los hay de diferentes capacidades y van enganchados en la parte superior del bolígrafo.

Primeros pasos

Extiende tu lienzo sobre la superficie de trabajo, comienza por las esquinas y luego ve avanzando hacia el centro, así evitarás perder alguna pieza y no se sobará tanto al pasarle por encima. Comprueba el símbolo, letra o número que está representado y ve a la leyenda para identificar el color que se le ha asignado. Una vez que tengas claro la tonalidad, extiende las piezas sobre la bandeja, como verás esta cuenta con unas ranuras que te permitirán una mayor accesibilidad a hora de trabajar con ellas. Coge el boli, presiona su punta sobre la cera y coge un cristal, tal y como indican en el videotutorial de Cada una con sus cosas. Con este método verás como las piezas se agarran mejor. Después, deposita el elemento en su espacio correspondiente. Si utilizas un cabezal podrás añadir varios brillantes de una misma vez. Si te has confundido en la colocación, utiliza las pinzas.

Como ves es una actividad entretenida con la que conseguirás dejar el estrés a un lado. Eso sí, requiere concentración y organización. A medida que vayas completando cada casilla estarás más motivada por ver cómo queda el resultado final. Una vez que le cojas el tranquillo a la técnica lo harás con una mayor fluidez. Cuando tengas terminada tu lámina puedes convertirla en un cuadro.

FOTO PRINCIPAL.: Imagen de tengdu xiao en Pixabay.