Tu trabajo interno puede que aceleren estos procesos necesarios de cambio para tu evolución, y sin esos trabajos puede que se retrasen y sea más difícil avanzar hacia lo que de verdad deseas en la vida y necesitas para sentirte satisfecha y en paz, pero de cualquier modo, y presentándose de cualuier forma, los cambios siempre van a llegar.

Más allá de la intuición (que creo que nunca falla), las decisiones conscientes o, en ocasiones, inconscientes que tenemos nos ayudan a esclarecer nuestra idea de lo que de verdad somos, sin capas, y sin máscaras. Es decir, lo que somos en esencia y de lo que hemos venido a hacer aquí, y esto, por tanto, nos lleva a estar mucho más satisfechas con la vida y felices.

El camino espiritual te abre las puertas hacia tu verdadera felicidad

Y hoy escribo para dejar constancia de que ese cambio ha llegado. Y soy consciente y me siento feliz de poder vivirlo y experimentarlo, espero que por muchos años o el tiempo por el cual me haya sido destinado. Y es que, el camino espiritual es un baile que comienza con tan solo un paso. En mi caso, di ese paso en el 2018 cuando empecé a acudir regularmente a clases de yoga. Solo allí y durante esos momentos parecía que los absurdos de mi vida tenían sentido, e incluso, un significado.

Parar, respirar y sentir el momento presente, parece una frase hoy en día bastante manida y ya casi sin mucho significado de lo mucho que se escucha pero ¿qué pasa cuando en realidad lo entiendes y consigues parar? Lograr desconectar, respirar el momento y conseguir entender donde estás y por qué te hace conectar contigo misma y te hace consciente un poquito más de lo que necesitas.

Con el paso de los días y los meses, sumergida en la práctica de yoga y la meditación, comencé con ese cambio interno que poco a poco, se dejaba ver exteriormente. Y ya no había vuelta atrás. Al abrir la puerta de tu verdadero ser te das cuenta de lo realmente importante. Es decir, lo único que para ti es importante y el camino que comienzas hacia el desarrollo de lo que te importa.

Y así, sutilmente, todo se va revelando. A veces con interrupciones, pero de vuelta siempre al foco, un foco muy distinto de lo que toda mi vida he hecho, pero todo un reto maravilloso que volvería a repetir una y otra vez.

Porque el camino espiritual te abre las puertas hacia tu verdadera felicidad.