El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres tanto en incidencia como en mortalidad. Las estimaciones más recientes indican que en el año 2022 se diagnosticaron 5500 nuevos casos en Cataluña, que corresponden al 30% del total de tumores diagnosticados en mujeres en ese año.  La supervivencia alcanza en la actualidad el 89% a los 5 años después del diagnóstico, cifra que se puede comparar favorablemente con la de  la mayoría de países europeos, Estados Unidos y Canadá.

En la mayoría de casos se trata de una cirugía conservadora, es decir, una intervención que "conserva" la mama, ya que solo se elimina la  zona en que está el tumor con un margen de seguridad de tejido sano a su alrededor. En la mayoría de casos la cicatriz es mínima, circular y muy frecuentemente inapreciable, sobre todo con el paso del tiempo.

Pero aun ahora hay aproximadamente un 20% de pacientes que se tratan con mastectomía, es decir, con una cirugía que elimina todo el tejido mamario, ya sea de forma completa o bien solo la parte glandular de la mama, manteniendo la piel y la zona del pezón y la areola. En este último caso la cirugía se acompaña de la colocación de una prótesis directa inmediata o bien de un expansor que posteriormente se sustituirá por la prótesis. Una opción u otra dependerá de las condiciones de salud de la paciente, las características del tumor de que era portadora y de si hay que administrar radioterapia sobre la cicatriz y la pared del tórax.

¿Cómo cuidar la cicatriz de la mastectomía?

Los cuidados iniciales en los primeros días después de la cirugía son especialmente importantes y la premisa fundamental está en seguir los consejos y recomendaciones del equipo sanitario. Es importante evitar esfuerzos, realizar las curas recomendadas y mantener una higiene estricta según esas recomendaciones para evitar infecciones de la herida, las dehiscencias (la cicatriz puede abrirse en algún punto) o cierres en falso que podrían provocar los llamados seromas o acumulaciones de líquido por debajo de la cicatriz. Estas tres circunstancias, entre algunas otras menos frecuentes, pueden conllevar una cicatrización más lenta y molesta y también a la larga un resultado funcional y estético deficiente.

Desde el punto de vista local la hidratación de la piel y sobretodo de la cicatriz es crucial. Existen cremas y lociones hidratantes especialmente diseñadas para los cuidados iniciales que en su composición son ricas en sustancias muy hidratantes como el aloe vera o la rosa de mosqueta entre otras. Es sobre todo muy importante la hidratación de la cicatriz de mastectomía y de toda la pared del tórax que la rodea en las pacientes que han de recibir radioterapia después de la cirugía tanto antes de empezar dicho tratamiento, como durante y después de finalizarlo ya que previene en gran parte los efectos secundarios del tratamiento como la deshidratación y fibrosis, y mejora la tolerancia global al tratamiento.

Hay casos en que la cicatriz de mastectomía puede desarrollar lo que llamamos un queloide, es decir un engrosamiento exagerado a veces molesto y sobretodo, antiestético. En estos casos el medico puede prescribir productos específicos que se aplican localmente que frenan su crecimiento de forma muy eficaz, incluso hasta hacerlo desaparecer.

Micropigmentación y tatuaje para el pezón o cicatrices de la mama

Es frecuente que las pacientes –sobretodo después de meses o incluso años de la intervención- se sientan interesadas y pregunten sobre algunas técnicas como la micropigmentación del pezón o el tatuaje sobre las cicatrices en la mama, tanto las que han sido tratadas con cirugía conservadora o sobre todo las que han sufrido una mastectomía. El objetivo es mejorar la autopercepción de su imagen corporal, ya que estas técnicas consiguen cambiar el aspecto de esas cicatrices de forma muy relevante disimulándolas en gran parte y  aportando una nueva estética siempre mejor.

Estas técnicas no están contraindicadas en general, tanto en pacientes con cicatrices después de implantes o prótesis mamarias, como directamente sobre cicatrices de mastectomía, y son incluso recomendables si el resultado estético de la cirugía ha sido deficiente, o al menos esa es la percepción de la mujer, ya que pude suponer un estrés emocional para ella que condiciones su calidad de vida.

Sin embargo es imprescindible que la piel sobre la que se va a actuar esté en perfecto estado de integridad, sobre todo si después de la cirugía la paciente ha recibido radioterapia. No sería adecuado ni recomendable en absoluto en aquellos casos en que existe una fibrosis post cirugía o post radioterapia, en la que el tejido por debajo de la cicatriz esta endurecido por acumulo de fibrina y existe una contracción secundaria, ya que podría conllevar un empeoramiento de dicha fibrosis, con consecuencias muy negativas para la paciente.

Por ello antes de realizar cualquier tipo de técnica es fundamental que se consulte al especialista –cirujano, oncólogo- que será quien en función del estado de la piel y de la evolución de la enfermedad aconseje o no la técnica.

Asimismo es imprescindible que cualquier actuación de este tipo sea llevada a cabo por especialistas cualificados y en condiciones adecuadas de máxima garantía de higiene quirúrgica. Actualmente la micropigmentación se ofrece en algunos hospitales públicos que sin duda cumplen esas condiciones.