Conocido también como la enfermedad de Willis-Ekbom, el síndrome de piernas inquietas (RLS, por sus siglas en inglés) es un problema del sistema nervioso que provoca el impulso irrefrenable de levantarse y pasear o caminar. Esta incómoda sensación suele ocurrir por la tarde o por la noche, cuando la persona está sentada o descansando, y el movimiento ayuda a aliviar temporalmente esa sensación.

Realmente no se sabe qué causa el RLS, ya que se cree que puede deberse a un problema en cómo las células del cerebro utilizan la dopamina, un químico cerebral que ayuda con el movimiento muscular, aunque algunas investigaciones aseveran que este trastorno puede estar relacionado con otras afecciones, tales como la enfermedad renal crónica, la diabetes, la deficiencia de hierro, de magnesio o de ácido fólico o la anemia. Lo que sí se sabe es que el síndrome de piernas inquietas se produce, con mayor frecuencia, en personas de mediana edad y adultos mayores, además de que las mujeres tienen más probabilidad de tener RLS que los hombres.

Cabe señalar que el RLS no se puede curar, pero medidas sencillas de cuidado personal y cambios en el estilo de vida y la alimentación pueden ayudar a aliviar los síntomas, así como el tratamiento con determinados medicamentos. Y aunque es normal que los síntomas varíen en cuanto a la intensidad, en ocasiones pueden desaparecer durante un tiempo y luego volver a aparecer.

En cuanto a los síntomas, el principal es la necesidad de mover las piernas. Por lo general, la sensación comienza después de haber estado acostado o sentado durante periodos prolongados y, como decíamos antes, se alivia con el movimiento, al estirar las piernas, sacudirlas, pasear o caminar. Asimismo, los síntomas suelen empeorar por la noche, que es cuando se producen los movimientos involuntarios en las piernas.

Las personas que sufren de piernas inquietas describen los síntomas como sensaciones intensas y desagradables en las piernas o los pies, en ambos lados del cuerpo y, con menor frecuencia, en los brazos. Así son sensaciones similares al cosquilleo, hormigueo, dolor, picazón, tirones, sensación de choque eléctrico, etc.

Por ello, ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a hacerle frente a la afección y aliviar los síntomas. Así, es recomendable:

- Dormir mínimo ocho horas y descansar lo suficiente, por eso las personas que sufren este síntoma deben intentar irse a la cama y despertarse todos los días a la misma hora. 

- Colocar compresas calientes o frías en las piernas.

- Relajar los músculos con estiramientos suaves, masajes y baños calientes.

-  Evitar la cafeína, el alcohol y el tabaco, ya que pueden empeorar los síntomas.

- Hay que tratar de dedicar tiempo, en el día a día, a la relajaciion, con actividades deportivas como el yoga, meditación u otras maneras de aliviar la tensión.

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