Los especialistas definen estreñimiento como una frecuencia de deposiciones inferior a tres veces por semana. El estreñimiento ocasional es frecuente, especialmente cuando se produce un cambio de hábitos. El estreñimiento crónico puede generar alteraciones en el ritmo de vida de los afectados.

A pesar de que no existen soluciones infalibles, los expertos señalan que es posible evitar el estreñimiento, de manera general, siguiendo unas sencillas pautas que suelen resultar eficaces. Entre sus recomendaciones destacarían:

1-Añadir fibra a tu dieta diaria porque mejora el tránsito intestinal. Incluye judías, lentejas o guisantes, por ejemplo, porque contienen fibra soluble e insoluble y minerales (hierro, magnesio y potasio, entre otros).

2-Comer de manera adecuada. Respetar los horarios de las comidas y masticar correctamente los alimentos (para facilitar su digestión y la formación del bolo alimenticio).

3-Descansar adecuadamente y controlar el nivel de estrés que sufres. Ambos factores afectan negativamente a la evacuación normal de las heces porque alteran la motilidad intestinal.

4-Elegir el momento y dedicar el tiempo correcto. Es fundamental educar a tu aparato digestivo. Esta educación implica dedicarle un tiempo suficiente (sin que sea excesivo) a la defecación y hacerlo en un horario concreto previamente establecido.

5-Evitar el consumo de "compuestos naturales". Existen numerosos productos en el mercado que facilitan la digestión (boldo y cardo mariano, entre otros) y mejoran el estreñimiento, pero no deben ser empleados sin control médico porque presentan efectos secundarios.

6-Evitar el sedentarismo. Para favorecer la motilidad intestinal es fundamental moverse, caminar y practicar deporte o ejercicio a diario. Si te resulta imposible acudir a un gimnasio, camina todo lo que puedas, haz sentadillas o sigue una tabla de ejercicios en tu casa.

7-Hidratación correcta. Beber agua es fundamental. Se precisa una cantidad suficiente para mantener una buena hidratación del organismo que facilite la adecuada formación de las heces. Muchos alimentos aportan agua (frutas y verduras, especialmente) o puedes introducirla de maneras diversas (caldos vegetales e infusiones, entre otras), pero beber agua aporta beneficios específicos.

8-No consumir laxantes de manera incontrolada. Son compuestos que se pueden administrar por vía oral o rectal (supositorios de glicerina), pero debe hacerse bajo prescripción médica porque pueden resultar perjudiciales si se emplean inadecuadamente. A pesar de que el uso de laxantes puede parecerte una solución perfecta, no es así. Presentan efectos secundarios (dolor abdominal, flatulencia, heces líquidas, náuseas, escozor anal, y trastornos electrolíticos, entre otros) y pueden producir tolerancia y dependencia (que agravan el estreñimiento).

9-Seguir una dieta saludable. Se recomienda una dieta variada rica en fibra (con varias raciones de fruta a diario, incluyendo especialmente, pera, kiwi y ciruelas) y frutos secos (como nueces, avellanas y pistachos, por ejemplo) que resultan nutricionalmente completos y favorecen el tránsito intestinal por el aporte de fibra.