Pero no hay de qué preocuparse, ya que te vamos a enseñar cómo puedes solucionar problemas tan habituales como puede ser una varilla que se ha roto o una montura desajustada. Ajustar monturas Cuando las monturas de las gafas no se ajustan de manera correcta, lo primero que hay que tener en ...
Pero no hay de qué preocuparse, ya que te vamos a enseñar cómo puedes solucionar problemas tan habituales como puede ser una varilla que se ha roto o una montura desajustada.
Ajustar monturas
Cuando las monturas de las gafas no se ajustan de manera correcta, lo primero que hay que tener en cuenta es el material con el que están hechas. Por ejemplo, si son de metal va a ser muy sencillo solucionar el problema; bastará con hacer algo de presión en la pata y doblarla para que regrese a la posición original. Si son de acetato, la cosa cambia y vas a necesitar algunos materiales como:
El secador lo vas a utilizar para calentar las monturas y conseguir que sean moldeables. Aplica calor sobre el marco y cuando lo puedas mover aplica en los dos extremos que quieras unir un poco de pegamento. Utiliza unos alicates que tengan punta de aguja para ejercer presión. Es aconsejable que envuelvas la misma con el trapo con el que limpias las lentes para que no se raye o dañe el exterior del marco.
Nivelar las gafas
Si las gafas se deslizan continuamente por la nariz, lo más seguro es que necesites ajustar las patas que se encuentran justo alrededor de tus orejas. Esto también va a depender del tipo de gafas que tengas, pero en todos los casos, las varillas tienen que actuar como ganchos para que las lentes no se deslicen por la nariz cuando te agaches o mires abajo.
De cualquier manera es importante tener en cuenta que es muy probable que las gafas no estén equilibradas perfectamente sobre las orejas, puesto que nadie las tiene totalmente simétricas. Por eso es normal que haya que hacer pequeños ajustes para que las gafas queden bien.
Las almohadillas de las gafas
Para que te queden perfectas todas tus gafas, incluidas las gafas de sol, solo vas a necesitar ajustar las almohadillas. Puedes usar los dedos, aunque quedarán mucho mejor si utilizas unos alicates. Lo que tienes que hacer va a depender de cada situación:
¿Qué hacer cuando se cae algún tornillo?
La parte delantera de las gafas se encuentra unida a las varillas a través de unos tornillos diminutos y unas bisagras. Estos tornillos se van aflojando con el paso del tiempo llegando incluso a caerse en ocasiones. Cuando sucede esto, lo que necesitarás es un destornillador pequeño. Alinea las bisagras, mete el tornillo por los agujeros y apriétalo. Ten cuidado y no apliques demasiada presión a la hora de ajustarlo porque puede ser que este salte y acabe haciéndote daño.
Si no encuentras el tornillo, puedes utilizar uno de otras gafas que tengas por casa y ya no uses. Mientras tanto puedes probar a pasar un poco de hilo dental por la bisagra o meter un trozo de un palillo de dientes para mantener todas las piezas de las gafas unidas hasta que te acerques al lugar donde las compraste para que lo pongan.
Arañazos en los cristales
Por desgracia, no hay ningún producto que sea capaz de eliminar los arañazos que se producen en ocasiones en los cristales de las gafas. Además, en caso de pulirlos para quitarlos va a hacer que cambie la graduación, lo que a su vez producirá fatiga visual, tensión ocular o visión borrosa. En definitiva, un empeoramiento de la salud visual. Por eso, lo mejor es prevenir y evitar cualquier futuro arañazo. Para ello, se deben cubrir los cristales con un revestimiento antirayaduras, algo que hay que considerar en el momento de comprar unas gafas nuevas o de cambiarlas.
Ahora que ya sabes cómo solucionar esos pequeños problemas tan habituales en todas aquellas personas que sufren presbicia o cualquier otro problema ocular y tienen que llevar gafas, seguro que no te llevarás un disgusto cuando veas que estas se caen o que has perdido uno de sus tornillos. Solo vas a necesitar un poco de paciencia y de maña para volver a lucir tus gafas, sin necesidad de gastar dinero.