Se llama vulvodinia y es una enfermedad dolorosa que afecta al órgano genital femenino, comprometiendo seriamente la calidad de vida de quienes la padecen En nuestro país, según la Sociedad Española del Dolor (SED) el perfil medio de paciente con dolor crónico es mujer de unos 55 años, en edad laboral ...
Se llama vulvodinia y es una enfermedad dolorosa que afecta al órgano genital femenino, comprometiendo seriamente la calidad de vida de quienes la padecen
En nuestro país, según la Sociedad Española del Dolor (SED) el perfil medio de paciente con dolor crónico es mujer de unos 55 años, en edad laboral y con cargas familiares, que sufre dolor de elevada intensidad con un enorme impacto personal, familiar y social. En España, el dolor vulvar persistente con más de 3 meses de duración, tiene una prevalencia del 6,6%, llegando hasta un 13% en algún momento de la vida de la población femenina. De hecho, a pesar de ser un trastorno extendido, la vulvodinia sigue siendo a menudo incomprendida e infravalorada.
Con motivo del Día Internacional de la Vulvodinia, el equipo de Buencoco comenta en profundidad esta patología invalidante, que sigue siendo a menudo incomprendida e infravalorada
La vulvodinia es una afección dolorosa crónica que afecta alos genitales externos femeninos y forma parte de los trastornos de dolor sexual. Ardor, picor, irritación, sequedad, hinchazón, desepitelización y dispareunia, es decir, dolor durante las relaciones sexuales, son algunos de los principales síntomas con los que puede manifestarse esta afección.
A menudo todo comienza con pequeñas molestias íntimas, que se asemejan a las causadas por infecciones o inflamaciones generales, como la cándida, la cistitis y el vaginismo. Con el tiempo, estos primeros síntomas pueden empeorar y hacerse crónicos, haciendo cada vez más difícil, a veces incluso imposible, realizar incluso las actividades cotidianas más sencillas, como sentarse, caminar, cruzar las piernas, ponerse pantalones, montar en bicicleta, hacer deporte y mantener relaciones sexuales. Además de afectar a los hábitos y la vida cotidiana, esta afección puede tener un gran impacto en la psique, las emociones, la autoestima, las relaciones y la vida sexual de quienes la padecen.
La vulvodinia se caracteriza por la presencia de alodinia, es decir, dolor generado por un estímulo que, en condiciones normales, sería inofensivo e incapaz de provocar ningún tipo de sensación dolorosa.
Esta percepción de malestar o dolor puede ser espontánea o provocada.
En el primer caso, el ardor y la molestia están presentes de forma permanente, mientras que en el segundo surgen tras un estímulo: durante las relaciones sexuales, pero también con la aplicación de cremas o con el mero contacto con la ropa interior.
Puede presentarse de forma generalizada, implicando a toda la vulva, o de forma localizada, cuando el dolor afecta a una parte concreta. Por ejemplo, se puede hablar de vestibulodinia cuando se ve afectado el vestíbulo vulvar, mientras que la clitoralgia se produce si el dolor se concentra en la región del clítoris. También existen variantes mixtas de la vulvodinia, caracterizadas por la coexistencia de varios síntomas.
Esta patología se presenta principalmente en la edad fértil, pero también puede aparecer en otros periodos de la vida de la mujer, desde la pubertad hasta la menopausia. Por ejemplo, la vulvodinia disestésica o esencial es la forma más común en el período posmenopáusico y se manifiesta por un dolor que se extiende a la zona del recto y la uretra, así como a la vulva.
Al igual que los síntomas, el curso y la duración de la vulvodinia también pueden ser variables: puede durar meses o años, pero también desaparecer espontáneamente y reaparecer de forma aleatoria o, como en el caso de la vulvodinia episódica, reaparecer tras un acontecimiento traumático.
Es importante aclarar que el dolor vulvar no siempre es indicativo de vulvodinia. A menudo, puede deberse a otras afecciones, como traumatismos, infecciones o problemas dermatológicos, neurológicos, oncológicos u hormonales.
La vulvodinia es una afección compleja con un origen multifactorial que aún no se comprende del todo en cuanto a su evolución fisiopatológica. Esto significa que a menudo no puede atribuirse a una única causa, sino que es más bien el resultado de la interacción de varios factores. Estos pueden actuar en sinergia, especialmente cuando el trastorno persiste en el tiempo y no se trata adecuadamente.
Las mujeres que padecen vulvodinia muestran alteraciones en la respuesta inflamatoria y en la actividad muscular vulvo-perineal. Hasta la fecha, no se ha identificado una causa única, pero hay varios factores que pueden contribuir a la aparición de la vulvodinia, como la hipercontractilidad de la musculatura vulvar y perianal, la hiperactividad de los mastocitos, la sobreestimulación de las terminaciones nerviosas implicadas en la percepción del dolor, las infecciones vaginales y vesicales crónicas o recurrentes, y las lesiones del nervio pudendo por parto o traumatismo.
Foto prncipal: Pexels
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