Si bien la piel es el órgano más grande del cuerpo y funciona como barrera protectora del organismo, hay ciertos agentes internos y externos que pueden modificar su estado. Factores ambientales como la ...
Si bien la piel es el órgano más grande del cuerpo y funciona como barrera protectora del organismo, hay ciertos agentes internos y externos que pueden modificar su estado. Factores ambientales como la temperatura, alérgenos, ciertos alimentos o incluso la predisposición genética o las prendas de ropa, pueden afectar a la dermis y volverla más seca o generar síntomas como el picor o la irritación. Más aún en los casos de piel atópica, caracterizada por niveles reducidos de agua y/o grasa, que deriva en una sequedad intensa y genera una mayor irritabilidad de la piel, propiciando a su vez episodios de descamación, inflamación y picor. Unos síntomas que generan malestar en niños y adultos y que pueden afectar a la calidad de vida si no se cuenta con recursos adecuados para contrarrestarlos y se sigue una serie de consejos clave en el día a día.
Frente a estos brotes, el consejo inicial es identificar, si es posible, la fuente desencadenante y evitar los roces y rascar las zonas afectadas, ya que la piel estará sensible y vulnerable. "Algo tan simple como la bajada de las temperaturas propia del invierno pueden aumentar la irritabilidad de la piel seca y atópica. Es muy importante prestar atención a los cambios en la dermis y a posibles factores que afectan a su estabilidad y bienestar, con la finalidad de saber cómo actuar, qué usar y especialmente saber cómo anticiparse a estos eventos", explica Vanesa Paredes, directora técnica Farmacéutica del Área Cosmética de Marnys.
En el caso de los más pequeños de la casa, se estima que entre un 15% y un 25% de los niños tienen piel atópica en su primera infancia, siendo el principal factor de riesgo son los antecedentes familiares. Esto es debido a que la barrera cutánea de los bebés y niños es más delgada y produce menor cantidad de sebo y sudor, haciéndolos más sensibles a cualquier afectación de la piel. El picor intenso y las lesiones en la piel de las superficies flexoras como las rodillas y los codos son los signos más notorios.
Una vez conscientes de los posibles desencadenantes, desde Marnys recomiendan seguir diferentes recomendaciones para mantener el cuidado de la piel, reparar la barrera cutánea y aliviar la sintomatología en niños y adultos:
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