Cuando pensamos en adquirir o alquilar una vivienda buscamos que esté bien situada y comunicada, cerca de los servicios básicos como el centro de salud, colegios, farmacias, panaderías y supermercados, así como del puesto de trabajo. Al mismo tiempo, deseamos poder disfrutar del descanso y la tranquilidad que nos proporciona el hogar. Y si el inmueble además se encuentra cerca del gimnasio, algún restaurante y sala de cine es todavía mejor valorado. Así,  tendremos un lugar en el que poder residir, pero que también incluya espacios donde entretenernos. Un nuevo estudio recogido por la revista `Circulation: Heart Failure´ perteneciente a la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) pone de manifiesto que aquellas personas que residen cerca de un bar o restaurante de comida rápida presentan un mayor riesgo de padecer una insuficiencia cardíaca. En estos establecimientos abundan los alimentos procesados y de baja calidad (hamburguesas, patatas fritas, pollo frito, pizzas, perritos calientes, etc.), que se sirven al instante y suelen tener un precio asequible para el consumidor. A pesar de que pueden resultar una opción atractiva para los que no tienen mucho tiempo para cocinar o comer, y que a menudo cuentan con descuentos en su precio, son perjudiciales para la salud debido a su alto contenido en grasas.

Los expertos explican que la insuficiencia cardíaca se produce cuando "el músculo cardíaco no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades de sangre y oxígeno del organismo". Por su parte, el Dr. Lu Qi, profesor del departamento de epidemiología de la Universidad Tulane de Nueva Orleans, asegura que las investigaciones que existen hasta el momento "sobre la relación entre la nutrición y la salud humana se han centrado en la calidad de los alimentos, sin tener en cuenta el impacto del entorno alimentario".

En la muestra participaron 500.000 personas procedentes del Reino Unido, con edades comprendidas entre los 37 y los 73 años. Se realizó un seguimiento de unos 12 años y, una vez concluida la investigación, se contabilizaron 13.000 casos de insuficiencia cardíaca. El estudio reveló que los que vivían más próximos a los lugares con mayor volumen de negocios fast food estaban más expuestos a padecer del corazón. Estos "tenían un 16% más de riesgo de insuficiencia cardíaca en comparación con los que no tenían entornos de comida preparada cerca de sus casas", revela el informe. A su vez, los residentes que vivían cerca de "zonas de mayor densidad de bares y pubs presentaban un riesgo un 14% mayor de sufrir insuficiencia cardíaca". En el caso de que los locales estuviesen situados a menos de 500 metros de las casas, "tenían un 13% más de riesgo" a padecer la enfermedad. Por último, aquellos que contaban con restaurantes de comida rápida al lado de sus casas "tenían un 10% de riesgo más alto en comparación con aquellos que vivían más lejos" (más de 2 kilómetros), según se especifica en el estudio.

Los datos obtenidos han ido según lo que esperaban sus autores, ya que Lu Qi aseguró que "estudios anteriores han sugerido que la exposición a entornos de alimentos listos para el consumo se asocia con riesgos de otros trastornos, como la diabetes de tipo 2 y la obesidad, que también pueden aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca". Sin embargo, a pesar de que en la investigación se cogió una "muestra de gran tamaño", reconocen que podría "no representar a la población general porque la mayoría de los participantes, tenían una edad más avanzada y vivían en el Reino Unido. Otras limitaciones incluyen la posibilidad de que se produzcan errores en la clasificación de la exposición debido a los movimientos de los participantes entre barrios durante el periodo de seguimiento". 

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Louis Hansel en Unsplash.