Poco a poco, la freidora de aire ha sabido hacerse un hueco en nuestras cocinas y ganar un mayor número de adeptos, permitiéndonos optimizar las tareas de cocinado, llevando un estilo de vida más saludable y, al mismo tiempo, potenciar el ahorro en el consumo de aceite. Al no emplear tanto aceite para cocinar no solo es positivo para el bolsillo, sino que también lo es para la salud porque se consiguen preparar los platos con menos grasa obteniendo una textura crujiente. Otro de los puntos a destacar es su versatilidad a la hora de preparar recetas saladas, dulces e incluso pan, pudiendo hornear, freír, descongelar, recalentar, asar y gratinar los alimentos. Asimismo, además de conseguir cocinar los productos en un tiempo récord, la tarea de limpieza es  sencilla, ya que basta con retirar la cubeta o sus accesorios y lavarlos de forma manual o empleando el lavavajillas. No ocupa demasiado espacio en la encimera y en el mercado existen diferentes modelos para adaptarse a las necesidades de cada uno de los usuarios, que varían en función del número de comensales para los que haya que preparar la comida, las funcionalidades que se incorporen, si dispone de conectividad WiFi para poder programar su funcionamiento a distancia o, si de lo contrario, posee una aplicación en la que poder consultar las recetas y coger algunas ideas. Hay aparatos con cubetas de distintas capacidades, algunas hasta vienen con dos compartimentos independientes, de forma que se pueden preparar al mismo tiempo el primer plato y el segundo, o el primero y su guarnición, o que incorporan un visor como si fuese el del horno para poder controlar en qué punto se encuentra el cocinado sin tener que andar abriendo y cerrando seguido su compartimento.

Después de echarle un ojo a los dispositivos existentes, informarse acerca de sus prestaciones y resolver dudas con conocidos que ya tengan un equipo de este tipo en sus casas o con el personal de la tienda en la que la vayas a adquirir, sería interesante conocer los accesorios que podrían resultarte útiles durante la utilización del aparato. Algunas freidoras de aire ya traen consigo sus complementos para que le saques un mayor partido. Si el modelo que has mirado no trae dos cubetas, no te preocupes porque puedes cumplir con la función de cocinado doble adquiriendo una rejilla o un molde al que le puedas añadir un separador. Para no pasarte con el aceite utiliza un pincel o un pulverizador. Si tienes previsto colocar los alimentos directamente en el compartimento, prueba a poner en el fondo un papel de hornear, papel perforado o una bandeja de papel desechable. Aunque si lo prefieres puedes optar por unas alfombrillas internas de silicona lavables. Para hacer unas brochetas lo ideal sería que contases con unas varillas de acero inoxidable.

En el mercado comprobarás que hay un amplio abanico de moldes de silicona diferentes, con los que preparar bizcochos, flan, pequeña repostería, pollo, masa de pizza, etc. Si te apetece preparar unas tostadas que sepas que también está permitido gracias al soporte de porta tostadas en el que tendrás que introducir cada una de las rebanadas. A diferencia de una olla a presión en la freidora de aire es conveniente darle la vuelta o remover los productos que cocines para que se hagan bien por todas partes, evitando que queden crudos, pero para impedir que su interior se raye sería conveniente que utilizases una espátula, unas pinzas y una espumadera de silicona.

A la hora de colocar este pequeño electrodoméstico en tu cocina, recuerda situarlo en un lugar ventilado, dejando el espacio suficiente por detrás y por los laterales para que el aire circule con normalidad y tendrá que estar, preferiblemente, sobre una superficie lisa para que no se produzcan sustos innecesarios. Además, sería recomendable que tuvieses un margen de maniobra suficiente para acceder a la cubeta. Ten cuidado con la superficie, ya que no todas son resistentes al calor. Una buena idea podría ser la de poner una alfombrilla de silicona resistente al calor y antideslizante entre la freidora y la superficie, de modo que, si existen derrames, necesitas apoyar un utensilio puedas hacerlo sin preocupaciones y en el caso de que tengas que limpiar te resultará más fácil acabar con las manchas. Por último, para manipular el recipiente de cocción sin que te quemes, utiliza unas asas de silicona como las que hay para el horno.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Odiseo Castrejon en Unsplash.