Botánicamente se denominan genéricamente Prunus. Son frutos redondeados con una semilla interior que no se debe comer. Presentan colores variados (amarillo, verde, violeta y rojo con diferentes gamas que resultan visualmente atractivas) en función de la especie a la que pertenecen. La variedad de consumo más común es Prunus domestica ...
Botánicamente se denominan genéricamente Prunus. Son frutos redondeados con una semilla interior que no se debe comer. Presentan colores variados (amarillo, verde, violeta y rojo con diferentes gamas que resultan visualmente atractivas) en función de la especie a la que pertenecen. La variedad de consumo más común es Prunus domestica a la que pertenece, por ejemplo, la claudia reina. Actualmente se cultivan de manera intensiva en diferentes lugares del mundo y su procedencia debe estar descrita en la etiqueta de los envases que las contienen.
Los especialistas señalan que, entre sus numerosas propiedades, destacarían:
1-Actuarían como coadyuvantes en la expulsión de las mucosidades del aparato respiratorio en casos de catarro o bronquitis, por ejemplo.
2-Aportarían minerales. Presentan magnesio, fósforo, hierro y zinc, fundamentalmente. Estos bioelementos son fundamentales para el buen funcionamiento del organismo a varios niveles.
3-Combatirían el estreñimiento. Contienen fibra, xantinas y sorbitol que favorecen la digestión, reducirían el tamaño del abdomen y tienen efecto laxante.
4-Controlarían los niveles de glucosa y colesterol. La fibra soluble absorbe estos compuestos y reduce sus niveles en sangre, por lo que resultarían especialmente interesantes para las personas que padecen diabetes o hipercolesterolemia, por ejemplo.
5-Facilitarían la reducción de peso. Aportan pocas calorías (aproximadamente 46 por cada 100 gramos) lo que las convierte en alimentos adecuados para personas que siguen dietas de adelgazamiento.
6-Favorecerían la absorción de hierro y contribuirían a su aporte de manera natural. Las vitaminas presentes en las ciruelas incrementan la asimilación del hierro presente en los alimentos y reducen el riesgo de anemia ferropénica.
7-Presentarían capacidad antioxidante. Contienen betacarotenos (provitamina A) y vitaminas C, del grupo B y E que bloquean los radicales libres formados por la actividad metabólica del organismo y que tienen efectos nocivos para la salud.
8-Reducirían el apetito. La cantidad de fibra soluble presente en su composición retiene agua y facilita la formación del bolo alimentario, lo que reduce la velocidad de vaciado gástrico y prolonga la sensación de saciedad.
9-Se considerarían antisépticas. En su composición destaca la presencia de antocianinas (especialmente en las variedades de color azul, rojo y morado), pigmentos vegetales que atacan y destruyen microorganismos patógenos.
10-Serían diuréticas. Aportan potasio, ácido málico y agua que favorecen la formación de orina y la expulsión de compuestos tóxicos presentes en el organismo.
Son muy versátiles. La mejor opción es consumirlas al natural y bien lavadas bajo el agua, combinando las múltiples variedades que puedes diferenciar fácilmente observando su color. También se utilizan para cocinar (combinan bien con la carne) y para preparar confituras, compotas, magdalenas, tartas y mermeladas (pues presentan una elevada concentración de pectina que es espesante natural). Otra posibilidad es consumirlas deshidratadas aunque resultan más calóricas y presentan un menor porcentaje de vitamina C.