La caminata del gorila es un ejercicio funcional que simula los movimientos de este animal, combinando desplazamiento con trabajo de fuerza y coordinación. En esencia, te desplazas agachada, apoyando las manos en el suelo mientras impulsas tu cuerpo hacia adelante con un movimiento fluido. Es un ejercicio que proviene del ...
La caminata del gorila es un ejercicio funcional que simula los movimientos de este animal, combinando desplazamiento con trabajo de fuerza y coordinación. En esencia, te desplazas agachada, apoyando las manos en el suelo mientras impulsas tu cuerpo hacia adelante con un movimiento fluido. Es un ejercicio que proviene del entrenamiento animal flow, una disciplina que se basa en los movimientos naturales de los animales para desarrollar fuerza, flexibilidad y control corporal, ya que trabajas, principalmente, con el peso corporal de forma dinámica y fluida. Y sí, tal como suena, implica moverse imitando a este poderoso animal. Pero no te preocupes: no necesitas selva, solo un poco de espacio y actitud. Además, aunque suene (y se vea) un poco fuera de lo común, una vez que lo pruebas te das cuenta de que es mucho más que un simple juego: es un desafío total para tu cuerpo.
¿Cómo se hace?
Para comenzar, solo necesitas un espacio libre en casa, en el parque o donde te sientas cómoda. Aquí te explico los pasos básicos:
- Adopta la postura: Colócate en cuclillas con los pies separados al ancho de los hombros y las manos frente a ti, apoyadas en el suelo.
- Desplázate hacia adelante: Avanza primero con las manos y luego con los pies, imitando el patrón de movimiento de un gorila. El truco está en mantener la espalda recta y el abdomen activado.
- Controla el ritmo: No se trata de velocidad, sino de control. Cuanto más lento y controlado el movimiento, más trabajarás músculos profundos.
- Mantén la respiración fluida: Inhala y exhala con naturalidad, evitando tensar el cuello o los hombros.
Puedes comenzar con desplazamientos de 10 a 15 segundos y aumentar el tiempo a medida que mejoras tu resistencia y coordinación. Seguramente, al principio de empezar a practicarla, puede que pienses que solo se trata de un movimiento lúdico, pero es todo lo contrario: la caminata del gorila tiene una larga lista de beneficios:
- Tonificación total del cuerpo: Trabajas piernas, glúteos, brazos, abdomen y espalda con un solo movimiento.
- Mejora la movilidad y flexibilidad: Especialmente en caderas, tobillos y hombros.
- Quema de calorías: Es un ejercicio de cuerpo completo que acelera el ritmo cardíaco y activa el metabolismo.
- Mejora la coordinación y el equilibrio: Al requerir control de múltiples grupos musculares a la vez.
- Reduce el estrés: Como involucra movimiento, respiración y concentración, también tiene un efecto relajante.
Ideas para integrarla en tu rutina
Una de las mejores cosas de este ejercicio es que es muy versátil, porque se trata de un ejercicio que ayuda a ganar masa muscular y mejorar tu equilibrio Aquí tienes algunas formas de incorporarlo en tu día a día:
- Calentamiento divertido: Antes de tu rutina habitual, haz 2 o 3 vueltas de caminata del gorila para activar tus músculos.
- Circuito exprés: Combínala con jumping jacks, sentadillas y planchas para un entrenamiento de 15 minutos full-body.
- Juega con tus hijos: Si tienes peques en casa, ¡hazlo un juego! Les encantará imitar animales contigo.
- Sesiones al aire libre: Llévala al parque y hazla entre los árboles para sentirte aún más conectada con la naturaleza.
La buena noticia es que, con las adaptaciones correctas, casi cualquiera puede practicar este movimiento y esta caminata del gorila. Si estás empezando, hazla más lenta, sin bajar tanto al suelo, y sin forzar rodillas o muñecas. Siempre escucha a tu cuerpo y, si tienes alguna lesión, consulta con un profesional antes de comenzar.
Incorporar ejercicios como la caminata del gorila a tu rutina es una forma creativa y poderosa de mantenerte activa. Atrévete a salir de lo convencional, conecta con tu cuerpo de manera distinta y disfruta del movimiento desde otra perspectiva. ¡Tu bienestar también se construye con pequeños pasos… o saltos!