Los expertos consultados por la compañía farmacéutica Almirall coinciden en señalar que efectos derivados de la variabilidad climática han supuesto una alteración de los patrones de polinización, extendiendo las temporadas de crecimiento de las plantas y aumentando la producción de polen. Como resultado, los síntomas de las enfermedades respiratorias alérgicas ...
Los expertos consultados por la compañía farmacéutica Almirall coinciden en señalar que efectos derivados de la variabilidad climática han supuesto una alteración de los patrones de polinización, extendiendo las temporadas de crecimiento de las plantas y aumentando la producción de polen. Como resultado, los síntomas de las enfermedades respiratorias alérgicas como la rinitis alérgica y el asma se han intensificado. Los alérgenos pueden estar presentes durante todo el año, afectando a la población más allá de las épocas tradicionalmente asociadas con las alergias y con picos en primavera y otoño.
En esta línea, el doctor Rodrigo Aispuru, médico de familia y miembro del Grupo de Trabajo Respiratorio de Semergen, explica que "las alergias, antes consideradas principalmente estacionales, están mostrando una tendencia a persistir durante todo el año debido a factores como el cambio climático y la exposición a alérgenos perennes. Estos alérgenos pueden afectar de manera continua a las personas, con picos en primavera y otoño, lo que subraya la necesidad de estar alerta durante todo el año y consultar a un profesional sanitario para un manejo adecuado de las alergias".
Como vemos, las alergias en esta época del año pueden afectar significativamente la vida diaria, pero con un control adecuado es posible minimizar sus efectos. Consultar a un especialista y seguir las recomendaciones médicas son claves para un tratamiento exitoso. La investigación continua promete mejores soluciones en el futuro.
Vivir con alergias requiere adaptaciones sencillas pero efectivas. Para alergias respiratorias, ventilar la casa a primera hora reduce la concentración de alérgenos.
Mientras que, en alergias alimentarias, llevar siempre medicación de rescate y comunicarlo al comer fuera es algo básico, entre otras acciones que es necesario realizar. Pequeños cambios hacen la diferencia en la prevención de crisis y mejoran significativamente la calidad de vida.
Tipos de alergia
Como hemos visto, existen diversos tipos de alergias, clasificadas según el alérgeno que las provoca: alimentarias, respiratorias, cutáneas y medicamentosas, entre otras. Cada una presenta síntomas característicos y requiere un tratamiento específico.
Por ejemplo, las alergias respiratorias, como la rinitis alérgica, suelen manifestarse con congestión nasal y estornudos, mientras que las alergias alimentarias pueden causar urticaria, hinchazón o incluso shock anafiláctico. Afortunadamente, con un diagnóstico adecuado y medidas preventivas, es posible controlar eficazmente estas reacciones y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.
En el caso de los ácaros, debes saber que se trata de los principales causantes de procesos alérgicos respiratorios y es que son unos artrópodos (inapreciables para el ojo humano) que aunque no pican ni transmiten enfermedades, viven en el polvo y a menudo pueden irritar nuestro sistema respiratorio sobre todo si somos alérgicos a ellos.
Por otra parte, el polen es ese elemento tanto de los árboles como de las flores que empieza a inundar las calles en cuanto llega la primavera y que puede llegar a provocar diversas alergias, rinitis, conjuntivitis e incluso asma.
Para evitar que ácaros y polen afecten a tu sistema respiratorio, lo más importante (además de aplicar en zonas conflictivas productos de limpieza anti-ácaros) es que mantengas limpio tu hogar y que la humedad de tu casa no supere el 60% o los 23° C.
Impacto emocional de las alergias
Además de los síntomas físicos evidentes, según Clinica Mayo, entre otros: estornudos, picazón en la piel, la nariz, los ojos o el paladar, goteo y congestión nasal, cansancio, también conocido como fatiga, ojos llorosos, rojos o hinchados, también denominada conjuntivitis alérgica, entre otro algo más graves, las alergias pueden afectar el bienestar emocional.
La ansiedad por posibles reacciones, la depresión, la tristeza y las limitaciones sociales (especialmente con alergias alimentarias) y el malestar crónico influyen en la calidad de vida. El apoyo psicológico y grupos de pacientes son recursos destacados para poder controlar este aspecto.