Planes, ideas y rutinas para disfrutar sola

Sonia Baños

¿Y si te dijera que estar sola puede ser una delicia? Que no siempre significa tristeza, ni vacío, ni drama existencial. Que hay una soledad elegida, deseada, que no pesa. Esa que se convierte en espacio, en pausa, en libertad. Hoy en esvivir.com te contamos los detalles para descubrir -o redescubrir- el placer de tu propia compañía, con planes, rutinas e ideas pensadas para ti… solo para ti.  

22/05/2025

Estar sola no es estar mal Vivimos rodeadas de estímulos, notificaciones, reuniones, familia, trabajo. Siempre conectadas. Y cuando hay un rato de silencio o un plan sin compañía, a veces aparece la culpa o la incomodidad. ¿Te ha pasado? Como si estar sola fuera sinónimo de no tener vida. Pero no. ...

Estar sola no es estar mal

Vivimos rodeadas de estímulos, notificaciones, reuniones, familia, trabajo. Siempre conectadas. Y cuando hay un rato de silencio o un plan sin compañía, a veces aparece la culpa o la incomodidad. ¿Te ha pasado? Como si estar sola fuera sinónimo de no tener vida. Pero no. Estar sola también es tener vida. Y, de hecho, muchas veces, es cuando más conectadas estamos con nosotras mismas.

Porque cuando estás sola, eliges. Qué comes, qué ves, cuándo duermes, si te arreglas o si te quedas en pijama bonito todo el día. No hay negociaciones. Solo tú, tus ritmos y tus ganas.

Ideas para disfrutar de tu compañía (sí, la tuya)

Aquí van algunos planes que puedes hacer sola y que te reconcilian con ese "estar contigo" desde el cariño:

  • Tu mañana favorita: levántate sin prisa, prepárate un buen café o té, pon tu música suave y disfruta de ese rato contigo. Sin móvil, sin culpa, sin reloj.
     
  • Citas culturales en solitario: ve al cine sola (sí, sola), entra a una librería y hojéalo todo, visita un museo o apúntate a un taller que te intrigue, aunque no conozcas a nadie. Estás contigo, y eso ya es suficiente.
     
  • Paseos sin destino: sal a caminar sin una ruta clara. Escucha un podcast, o simplemente tus propios pensamientos. A veces, una vuelta a la manzana da más paz que un viaje largo.
     
  • Tu noche de autocuidado: mascarilla, baño de espuma, cena sencilla pero rica y esa serie que te encanta. Y si te apetece llorar o reír, adelante. La libertad también está en eso.
     

Crea rituales que te abracen

¿Y si conviertes tu rutina en un pequeño ritual? No necesitas nada complicado ni caro:

  • Un rincón de lectura con mantita y vela
     
  • Una infusión cada noche como gesto de autocuidado
     
  • Escribir tres cosas buenas del día
     
  • Dedicarse un día al mes solo para ti: sin compromisos, sin exigencias. Solo tú.
     

El truco no está en hacer grandes planes, sino en darte presencia. En escucharte de verdad. En tratarte con la misma ternura que ofrecerías a una amiga que quieres mucho.

Saber pedir compañía también es saberse cuidar

Ojo, porque disfrutar de estar sola no significa tener que estar siempre sola. Si en algún momento sientes que esa soledad se convierte en tristeza, aislamiento o ganas de compañía, escúchalo. Pedir ayuda, hacer una llamada, compartir cómo te sientes… también es autocuidado. También es fortaleza.

Estar bien sola y saber pedir compañía no son cosas opuestas. Son señales de que te conoces y sabes qué necesitas.

 

Tú también sabes cuidarte… y lo haces muy bien

Aprender a estar sola sin sentirse sola es una forma preciosa de quererse. No se trata de estar sola porque no hay más remedio, sino de elegirlo como un espacio donde puedes respirar, decidir y reconectar. Porque sí, tú también eres buena compañía. Y no lo olvides: cuando aprendes a disfrutar de ti, la soledad deja de ser una ausencia y se convierte en un hogar.

Para que la relación de pareja mejore con los años
Qué es el skin dieting del que todo el mundo habla
¿Cómo funciona el cerebro cuando nos `enamoramos´?

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy