Alerta: El verano afecta a la continuidad de los tratamientos médicos

Sofía Borrás

El verano es sinónimo de calor, vacaciones y desconexión. Sin embargo, esta combinación también puede pasar factura a la salud, especialmente cuando se trata de mantener la adherencia a los tratamientos médicos. La ruptura con la rutina, los viajes, los cambios de horarios y, en general, un estilo de vida menos estructurado durante los meses estivales puede provocar olvidos o interrupciones en la toma regular de la medicación.

16/07/2025

Por ello, conviene anticiparse a estos factores y contar con herramientas que ayuden a mantener el tratamiento bajo control, incluso en vacaciones. En este contexto, los expertos de Ti-Medi, compañía líder en el sur de Europa en la fabricación y distribución de soluciones tecnológicas para la gestión del Sistema Personalizado ...

Por ello, conviene anticiparse a estos factores y contar con herramientas que ayuden a mantener el tratamiento bajo control, incluso en vacaciones. En este contexto, los expertos de Ti-Medi, compañía líder en el sur de Europa en la fabricación y distribución de soluciones tecnológicas para la gestión del Sistema Personalizado de Dosificación (SPD), han identificado las principales causas que afectan la adherencia médica durante los meses estivales:

1. Las altas temperaturas agravan ciertos síntomas clínicos y pueden interferir directamente en la eficacia y seguridad de algunos tratamientos. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) advierte que el calor extremo es un factor especialmente relevante en terapias prolongadas o en pacientes polimedicados, principalmente en personas mayores. Durante una ola de calor, algunos fármacos pueden favorecer el agotamiento, la deshidratación o, incluso, el golpe de calor. Y todo apunta a que este verano habrá que estar aún más atentos. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), mayo de 2025 ha sido el más cálido en España desde que existen registros, con temperaturas medias muy por encima de lo habitual, lo que anticipa una temporada estival especialmente exigente para quienes deben seguir tratamientos médicos continuados.

2. El cerebro "vacacional" minimiza las señales de alerta internas. Durante el verano, la mente adopta una actitud más relajada debido a la ruptura de la rutina y el deseo de desconexión, lo que provoca que el cerebro minimice las señales internas que normalmente recuerdan tomar la medicación. Una realidad que está respaldada por diversos estudios como el denominado "Medication Management Strategies to Support Medication Adherence: Interview Study With Older Adults", publicado en la revista Interactive Journal of Medical Research, donde se señala que la alteración inesperada de los hábitos y los viajes son las principales causas de incumplimiento en la medicación en los pacientes mayores.

3.  Algunos alimentos veraniegos interfieren con la absorción. Durante el verano, el consumo de ciertos alimentos y bebidas típicos de la temporada, como el zumo de pomelo, lácteos, alcohol o alimentos muy grasos, puede interferir con la absorción de algunos medicamentos, lo que puede reducir la eficacia del tratamiento o aumentar el riesgo de efectos secundarios. Además, la variabilidad en los horarios de comida puede alterar aún más la ingesta adecuada de la medicación, dificultando que el paciente mantenga una adherencia óptima.

4.  Menor consulta médica por ausencia del profesional habitual. Durante el verano, muchos pacientes se enfrentan a la dificultad de contactar con su médico de referencia, que puede estar de vacaciones o con agenda limitada. Esta situación reduce el seguimiento y la supervisión directa de los tratamientos, y complica la resolución de dudas o la adaptación de la medicación a nuevas circunstancias. Todo ello incrementa el riesgo de olvidos, errores o complicaciones en un periodo en el que mantener la adherencia ya es de por sí más difícil.

5. El "efecto testigo" desaparece fuera del entorno habitual, poniendo en riesgo la adherencia terapéutica. Durante la rutina diaria, el entorno y las personas que rodean al paciente actúan como recordatorios naturales para tomar la medicación. Sin embargo, en vacaciones o viajes, al cambiar de ambiente y perder esos "testigos" cotidianos, como familiares, compañeros o hábitos asociados, es más fácil olvidar dosis o alterar los horarios.

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