En verano y en vacaciones, ¡no solo te muevas más, sino mejor!

Ángela Zorrilla

El verano no es una excusa para frenar el movimiento, sino que es la oportunidad perfecta para activarse con más disfrute, y, especialmente, si te encuentras realizando un tratamiento de pérdida de peso.

22/07/2025

Durante el verano, se extienden algunas creencias que, según el experto y catedrático de actividad física, y responsable del área de actividad física de PronoKal Group®, Felipe Isidro, son rotundamente falsas. Por ejemplo, que con el calor no es recomendable hacer ejercicio o que en vacaciones es imposible seguir una ...

Durante el verano, se extienden algunas creencias que, según el experto y catedrático de actividad física, y responsable del área de actividad física de PronoKal Group®, Felipe Isidro, son rotundamente falsas. Por ejemplo, que con el calor no es recomendable hacer ejercicio o que en vacaciones es imposible seguir una rutina para realizarlo.

Tal y como señala Isidro, "no hace falta transformar tu rutina diaria para mantenerte activo. Basta con estar atento a tu entorno y aprovechar cada oportunidad para moverte." En cuanto al calor, "tan solo es necesario prestar atención al horario, evitar las horas de más calor, reducir la intensidad e hidratarse más".

¡Adiós mitos!

Por eso, comparte las claves que desmienten estos mitos y que nos permiten mantenernos activos, también en verano:
1. Moverse en verano también es conectar con la naturaleza: el mejor gimnasio en verano está al aire libre. Realizar ejercicio en entornos naturales aporta beneficios físicos y psicológicos adicionales (mayor motivación, menor percepción de esfuerzo, mejora del estado de ánimo).

Opciones sencillas:
• Caminar por la playa, el bosque o senderos rurales.
• Movilidad y estiramientos al amanecer o al atardecer.
• Respiración consciente y activación articular frente al mar.

2. Sociabiliza mientras te cuidas, ejercicio con familia y amigos: no es solo moverse, es compartir el movimiento. El verano favorece los encuentros familiares y con amistades, lo que brinda una excelente oportunidad para proponer actividades físicas grupales, como caminatas, juegos activos o excursiones. Estas no solo promueven una mayor adherencia y disfrute, sino que también reducen la sensación de "esfuerzo obligatorio" y refuerzan el entorno social que sostiene el cambio de hábitos.

3. Mini circuitos funcionales en casa o al aire libre: tu cuerpo y un metro cuadrado bastan. Se pueden crear rutinas de 10 a 15 minutos con 4 a 6 ejercicios básicos que trabajen fuerza, resistencia y equilibrio.
Por ejemplo:
• En la playa: sentadillas, zancadas en la arena, subir escaleras o dunas suaves.
• En la montaña: subir y bajar pequeños desniveles, apoyos en rocas o bancos, equilibrio sobre troncos.
• En una casa rural o apartamento: ejercicios con silla, mochila con peso, toalla o bandas elásticas.
4. Los deportes náuticos son una forma divertida de activarse: remar, flotar, deslizarse...todo cuenta. Son una excelente oportunidad para iniciarse en actividades accesibles y de bajo impacto como el paddle surf, kayak, snorkel, aquagym o caminatas en el agua. Estas prácticas fortalecen el core, mejoran la coordinación y promueven el gasto energético, sin generar una gran sensación de esfuerzo.
5. Aumenta tu actividad física recreativa: no todo es entrenamiento, todo movimiento suma. Puedes hacerlo eligiendo caminar durante el turismo en lugar de usar transporte, visitando pueblos y subiendo a miradores, bailando en fiestas populares, verbenas o con la familia, y jugando con niños en la playa o el césped con palas, frisbee o pelota.
6. Otras oportunidades cotidianas para sumar pasos y movimiento: aprovecha cada momento del día para moverte un poco más, sin necesidad de grandes rutinas. Un paseo nocturno después de cenar no solo relaja, también ayuda a regular el azúcar en sangre. Opta por las escaleras en lugar del ascensor y lleva tus maletas como parte del ejercicio. Incluso podéis arrancar el día con 5 a 10 minutos de estiramientos y movilidad para activar el cuerpo con buena energía desde temprano.
7. Cuida tu hidratación, especialmente en verano: no es solo cosa de quien está haciendo una dieta para perder o controlar el peso, sino una necesidad para todos. Con el calor aumenta la pérdida de líquidos y electrolitos, por eso es clave reponerlos de forma consciente a lo largo del día. Más allá del agua, también suman opciones como caldos fríos, infusiones suaves o frutas ricas en agua. Estar bien hidratado no solo mejora tu bienestar general, también te da más energía para moverte y disfrutar del verano al máximo.

Mantenerse activo durante las vacaciones es una muy buena forma de cuidar de tu salud y bienestar mientras disfrutas del verano. En casa, en la playa, con amigos, al aire libre o durante una fiesta… siempre hay una forma de moverse más y mejor. No hace falta esforzarse más, hace falta una mirada diferente y activarse.

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