Este ingrediente es muy apreciado en el ámbito culinario al poder dotar de esponjosidad o cremosidad a una receta dulce o salada. También sirve para aportar brillo cuando se utiliza un pincel para darle el toque final a una empanada o un hojaldre, se emplea en los rebozados para que ...
Este ingrediente es muy apreciado en el ámbito culinario al poder dotar de esponjosidad o cremosidad a una receta dulce o salada. También sirve para aportar brillo cuando se utiliza un pincel para darle el toque final a una empanada o un hojaldre, se emplea en los rebozados para que los alimentos tengan una textura crujiente al mezclarlo con la harina, el pan rallado, el panko, etc. Incluso juega un papel importante a la hora de servir como elemento de unión para que los ingredientes empleados puedan unirse entre sí, tal y como ocurre cuando queremos preparar la masa de las albóndigas, la tortilla de patatas o mezclar los ingredientes secos de un bizcocho. El huevo actúa como espesante al conseguir que el flan o las natillas ganen cuerpo y densidad, al igual que en las salsas en las que se necesita este producto para el mismo fin (salsa holandesa o mayonesa). Con él se consigue también que los bizcochos, flanes y natillas caseros luzcan un característico color amarillo. Desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN) destacan su "elevado valor nutritivo" y "su proteína de máxima calidad", ya que estamos ante un comestible compuesto en su mayor parte por agua (en 100 g de este producto, 76,4 g se corresponden con este líquido), es una fuente de minerales al poseer 57 mg de calcio, 130 mg de potasio, 200 mg de fósforo, 140 mg de sodio y múltiples vitaminas, siendo las más destacadas la A, la D y la E, con 190 μg, 1,75 μg y 1,11 μg, respectivamente. Según indican en la Guía Alimentaria de la Sociedad Española de la Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE), debido a su "alto contenido en colesterol, a raíz de estudios epidemiológicos que relacionaban los niveles plasmáticos de colesterol con las enfermedades cardiovasculares, en los años 60-70 se recomendó disminuir la ingesta de colesterol, y en concreto, restringir el consumo de huevos a no más de 3 unidades por semana". Si bien es cierto que este comestible cuenta con un nivel alto de colesterol (385 mg en 100 g de huevo), sus "inhibidores de su absorción y micronutrientes resultan favorables en la protección cardiovascular (antioxidantes, lecitina, folatos y otras vitaminas del grupo B). También presenta menor contenido en grasa saturada, en comparación con otros alimentos como la carne, consumida en cantidad muy superior (199)", apuntan.
A pesar de que el huevo es un excelente portador de vitaminas y nutrientes, no todas pueden consumirlo, ya sea porque tienen el colesterol alto, problemas para digerirlo, sean intolerantes al huevo o estén siguiendo una dieta vegana, en ese caso existen alternativas que permiten ofrecer resultados similares de forma saludable. De este modo, Mónica Acha, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos, recomienda en su canal de Simple Blending utilizar puré de frutas que se puede obtener a base de machacar un plátano con el tenedor o una manzana. Aunque en este caso, como bien señala la experta, el aroma y el sabor de esta última pieza de fruta no es tan acentuado como ocurre con la anterior, pero sí que "aporta dulzor y esponjosidad" a la receta. Otro de los sustitutos del huevo podría ser la 'aquafaba', que no es otra cosa que "el agua de cocer las legumbres o la que acompaña a las conservas", que al combinarlo con el puré de frutas se consigue "la yema y la clara del huevo". Las semillas de chía cuando se trituran e hidratan permite conseguir "un gel que imita la clara de huevo, no va a espumar, pero sí que va a conseguir el efecto del huevo en las recetas", aclara. Para preparar una tortilla de patatas aconseja usar harina de garbanzo mezclada con agua y para proporcionar el característico color amarillo, "añadir cúrcuma" e incluso la recomienda esta opción para los rebozados. El tofú batido "se mezcla con el resto de los ingredientes y se cuaja como si fuera una tortilla", asegura y además este ingrediente es ideal porque permite "darle el sabor que queramos a la receta porque el tofú si se caracteriza por algo es por su sabor neutro", por lo que se debe potenciar su sabor condimentándolo. El arrurruz o la harina de mandioca y la fécula de maíz las aconseja para los rebozados
En el canal de YouTube de Simple Veganizer -Español proponen otra opción la de utilizar una cucharada de lino o linaza molida y mezclarla con tres cucharadas de agua y dejarla reposar entre 5 y 10 minutos. Por su parte, en Fonoma Cuba comparten nuevas propuestas, igual de sencillas y fáciles de preparar que las anteriores, como la de combinar la harina de coco o la de avena con agua, o el bicarbonato con el vinagre de manzana. Una vez elegidos y combinados los ingredientes tendrían que reposar unos minutos.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Elle Hughes en Unsplash.