La decoración que toca el alma Nos han hecho creer que decorar es seguir modas, pero en realidad se trata de otra cosa: de reconocerte en lo que ves. Un jarrón que era de tu abuela, una taza de ese viaje que hiciste sola, una lámpara vieja con historia, una fotografía ...
Nos han hecho creer que decorar es seguir modas, pero en realidad se trata de otra cosa: de reconocerte en lo que ves. Un jarrón que era de tu abuela, una taza de ese viaje que hiciste sola, una lámpara vieja con historia, una fotografía que no necesita marco para ser valiosa. Puede que no combinen con lo que está de moda, pero encajan contigo. Y eso es lo que importa.
Incorporar objetos con historia no significa llenar la casa de cosas ni vivir anclada al pasado. Significa elegir con cariño. Pensar: ¿qué quiero que me acompañe en esta etapa? ¿Qué me recuerda quién soy? ¿Qué me hace sentir bien, aunque sea un detalle pequeño?
La decoración emocional tiene un poder sutil, pero real: convierte tu casa en un espacio vivo, auténtico, muy tuyo. Donde cada rincón tiene sentido, porque cada objeto tiene algo que contar. Y tú sabes exactamente qué.
Y si no sabes por dónde empezar, aquí van algunas ideas sencillas:
No se trata de estética perfecta, sino de autenticidad. De crear un hogar que no copie nada ni a nadie, porque ya es suficiente con que te represente a ti.
¿Te has mudado hace poco? ¿Estás empezando una nueva etapa? Entonces este ejercicio es aún más potente. No hace falta gastar mucho ni empezar de cero. Solo necesitas mirar tus objetos con nuevos ojos y preguntarte: ¿qué me da calma?, ¿qué me conecta con una versión de mí que quiero recordar?
Tu casa también puede contar tu historia
No hace falta que todo combine. Hace falta que te emocione. Que te conecte. Que te recuerde quién eres. Decorar con memoria es una forma de cuidarte, de afirmarte, de volver a ti. Porque no hay lujo mayor que vivir rodeada de cosas que te hablan al alma. Y en una casa que te abraza, nunca estás sola: estás contigo misma, con tu historia, con todo lo que has vivido.