Essity ha identificado las barreras invisibles que dificultan o limitan el acceso a un aseo público. El estudio Tork Insight 2025 analiza la percepción de los españoles y determina que una mala experiencia en el baño puede generar disgusto (31%), incomodidad (31%) y decepción (23%). El estudio pone el foco en ...
Essity ha identificado las barreras invisibles que dificultan o limitan el acceso a un aseo público. El estudio Tork Insight 2025 analiza la percepción de los españoles y determina que una mala experiencia en el baño puede generar disgusto (31%), incomodidad (31%) y decepción (23%).
El estudio pone el foco en aspectos clave como la inclusión, el comportamiento o la carga emocional que puede conllevar el uso del baño en espacios compartidos:
El 61% considera imprescindible que haya suficiente espacio para sillas de ruedas, y el 94% suele acompañar a niños pequeños al baño. Todo esto hace evidente la necesidad de espacios más funcionales, accesibles y prácticos, también para el uso familiar.
Más allá de lo físico, la experiencia del baño también deja huella emocional. En preguntas abiertas, los españoles expresan emociones como asco, resignación o tranquilidad -si los aseos están limpios-. El 26% ha acortado su estancia en un lugar debido al estado del baño, y más del 16% evita comer o beber allí para evitar tener que usar uno. -
El informe también destaca las dificultades a las que se enfrenta el personal de limpieza en España, muchas veces sin las herramientas o recursos necesarios. Las dolencias físicas y el estrés mental son habituales en estos puestos, algo que repercute tanto en su bienestar como en la calidad del servicio ofrecido. Cuidar estos espacios implica también cuidar a quienes los mantienen.
En cuanto a la higiene, solo uno de cada cinco baños públicos en España cumple siempre con las expectativas de limpieza. Y esa falta de mantenimiento tiene consecuencias. El 50% de los encuestados afirma haber evitado usar un baño público por experiencias negativas anteriores, y uno de cada cuatro ha dejado de visitar un lugar por el mal estado de sus instalaciones.
El 95% de los españoles se muestra muy preocupado por la higiene en espacios públicos. El 74,7% ha utilizado baños en cafeterías recientemente, y el 72,3% lo ha hecho en supermercados o grandes superficies. El 65% evita tocar superficies, y más del 55% prefiere dispositivos sin contacto, como grifos o dispensadores automáticos.
Declaración portavoz En palabras de Rainer Rossmaier, Vicepresidente Higiene Profesional Essity "la accesibilidad y el confort no solo dependen de rampas o señalética. La experiencia en un aseo público puede verse limitada por múltiples factores que cambian con el tiempo o con la situación de cada persona, en función de la edad, las etapas de la vida, las condiciones físicas temporales o permanentes o las patologías concretas como discapacidades físicas o sensoriales". Rossmaier explica "los baños públicos no son solo un servicio funcional, son un reflejo de nuestros valores como sociedad".
Invertir en su mejora no solo responde a una necesidad higiénica, sino también a una oportunidad para construir espacios más inclusivos, eficientes y sostenibles. Desde Essity se pide una reflexión colectiva a administraciones, empresas y ciudadanía, un replanteamiento de la forma en que se gestionan, diseñan y valoran los baños públicos en España. En un momento donde la accesibilidad y la salud pública están en el centro del debate social, este informe recuerda algo esencial: un baño accesible y bien diseñado no es un lujo, es un derecho básico para millones de personas.
Maite San Saturnino, psicóloga y experta en bienestar emocional, destaca: "Los aseos públicos son espacios íntimos en entornos compartidos, y esa combinación puede generar un alto nivel de ansiedad o incomodidad en muchas personas. Desde el punto de vista psicológico, una mala experiencia en el aseo -como falta de higiene, dificultad de acceso o sensación de desconfianza o inseguridad- puede activar mecanismos de estrés, aversión o incluso vergüenza. Es importante entender que no se trata solo de higiene o funcionalidad, sino de salud mental y dignidad".
Y añade: "Además, cuando hablamos de barreras invisibles, como trastornos de ansiedad, hipersensibilidad sensorial o afecciones física, la falta de adaptación en estos espacios puede llevar al aislamiento o a evitar planes fuera de casa. Crear aseos públicos más inclusivos y accesibles no solo mejora la experiencia, sino que también tiene un impacto directo en la calidad de vida emocional de las personas".