Tu piel no está estropeada. Está pidiendo cuidados suaves Tras el verano, muchas mujeres sienten que su piel está apagada, deshidratada o más irregular. Pero eso no significa que esté mal. Está viva, y ha estado expuesta. Lo que necesita ahora no son productos agresivos ni rutinas de 10 pasos, sino ...
Tras el verano, muchas mujeres sienten que su piel está apagada, deshidratada o más irregular. Pero eso no significa que esté mal. Está viva, y ha estado expuesta. Lo que necesita ahora no son productos agresivos ni rutinas de 10 pasos, sino gestos sencillos y constantes que le devuelvan el equilibrio.
Empieza por:
El pelo sufre en verano: sol, sal, viento, recogidos sin cuidado. En septiembre, suele notarse más seco, más frágil. Pero con unos pocos cambios puedes ayudarle a recuperar su brillo:
Y si no quieres hacer nada de todo eso, también está bien. Tu belleza no se mide por la constancia de tus rutinas.
Solemos cuidar más el rostro, pero la piel del cuerpo también necesita mimos. Dedica unos minutos a hidratarla con una crema que te guste. Elige texturas que te den placer, olores que te hagan sentir bien. No es solo un gesto estético: es una forma de volver a habitarte.
Pequeños placeres que ayudan:
Después de los excesos del verano, pueden aparecer pensamientos tipo "me veo fatal", "tengo la piel fatal", "qué pelo tengo". Detente. Respira. No necesitas corregirte. Solo acompañarte. La belleza real no es la de "volver a estar perfecta" tras las vacaciones. Es la de volver a sentirte bien contigo. A tu ritmo. Con lo que hay.
Puedes ayudarte con frases como:
El mejor gesto de belleza postverano no está en un bote. Está en cómo te hablas, en cómo te tratas, en cómo te das permiso para volver sin exigencias. Comer bien, dormir mejor, moverte con gusto… todo eso también es belleza. La que dura. La que acompaña. La que te sostiene cuando te sientes un poco desordenada por fuera.
Porque cuidar tu piel está bien. Pero cuidar tu autoestima es aún más importante.