Cómo detectar que tu agotamiento no es físico, sino vital

Sonia Baños

Estás cansada. Lo sabes. Pero no es un cansancio que se quite con una siesta ni con un fin de semana sin planes. Has dormido, has intentado desconectar, incluso has bajado el ritmo de tus actividades. Y sin embargo, la sensación sigue ahí: como un peso sutil que no se va. Entonces, ¿y si el problema no es que necesitas más descanso… sino que llevas demasiado tiempo viviendo a un ritmo que no es el tuyo?  

02/09/2025

Cuando el cansancio no es físico… sino vital No estás haciendo nada mal. No es falta de fuerza de voluntad, ni desorganización, ni debilidad. Lo que te pasa es que estás forzando un ritmo que no se parece al tuyo. Y eso agota. No solo al cuerpo, también a la mente ...

Cuando el cansancio no es físico… sino vital

No estás haciendo nada mal. No es falta de fuerza de voluntad, ni desorganización, ni debilidad. Lo que te pasa es que estás forzando un ritmo que no se parece al tuyo. Y eso agota. No solo al cuerpo, también a la mente y al alma.

Señales de que necesitas cambiar de ritmo:

  • Duermes, pero no descansas.
  • Te despiertas con sensación de alerta o agotamiento.
  • Te cuesta concentrarte en tareas sencillas.
  • Estás irritable, apagada o desconectada de ti.
  • Tu cuerpo habla: tensión, digestiones lentas, dolores sin causa médica clara.
     

En estos casos, no basta con dormir más o reducir compromisos. Hace falta algo más profundo: mirar de frente cómo estás viviendo.

Tu ritmo también es válido (aunque sea distinto)

Vivimos en una sociedad que valora lo rápido, lo productivo, lo eficiente. Pero el cuerpo tiene otros ritmos. Lo mismo la creatividad, el deseo o el descanso real. Cuando obligamos a todo eso a encajar en horarios ajenos, empiezan los síntomas. Por eso, cambiar de ritmo no es dejar de hacer cosas. Es hacerlas de otra manera.

Pequeños cambios que pueden ayudarte:

  • Levantarte un poco antes y tener un rato de silencio real.
  • Comer sin pantallas, saboreando lo que estás viviendo.
  • Caminar sola sin mirar el reloj.
  • Poner márgenes entre tus tareas, aunque sean cinco minutos.
  • Hacer menos, pero con más presencia.
     

Y si puedes ir más allá, tal vez sea el momento de revisar tu rutina familiar, tus horarios de trabajo o los compromisos sociales que sostienes por obligación.

Hacer menos no es fracasar. Es elegir mejor

Muchas veces, llenamos los días para no sentir. Hacemos, hacemos, hacemos… sin parar. Pero ese ritmo solo tapa lo que no queremos mirar. La hiperactividad disfrazada de eficiencia no siempre es productividad: muchas veces es una forma de evasión.

Pregúntate con honestidad:

  • ¿Qué actividades te drenan y ya no tienen sentido?
  • ¿Qué harías diferente si priorizaras tu bienestar real?
  • ¿Dónde podrías soltar el control, solo un poco?
  • ¿Qué momento del día puedes transformar en ritual?

Quizá no puedas cambiar toda tu vida de golpe. Pero un pequeño giro ya es un gran comienzo.

El autocuidado también es bajarle el volumen al mundo

A veces, lo que necesitas no es parar. Es bajar el ruido. Respirar entre una frase y otra. Soltar la obligación de estar siempre disponible. Permitirte estar cansada sin sentirte culpable. Volver a ti. No desde el deber, sino desde el deseo.

Y sí, puede que el ritmo que elijas no se parezca al de los demás. Eso no lo invalida. Lo hace más tuyo.

Empezar a escucharte también es un acto de amor

Tu cuerpo sabe. Tu mente sabe. Pero para que puedan hablarte, necesitas hacer silencio. No siempre se trata de parar en seco. A veces basta con girar un poco el volante. Y empezar a habitar tus días con más intención, menos prisa y más sentido.

 

El aguacate en la menopausia: beneficios, recetas y cómo incorporarlo a la dieta
La maternidad sin estatus: por qué nuestra cultura no reconoce a las madres
Reto 30 días para transformar tu vida sin azúcar y sin redes sociales

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy