Canillo se encuentra en el corazón de los Pirineos. Un lugar donde el tiempo se detiene, donde reina el silencio y solo se escucha el sonido de la naturaleza. Un lugar donde sus encantadores pueblos, su increíble paisaje y su rica tradición te permiten disfrutar de un destino sin prisas y lleno de magia.

Valles y pueblos con encanto

Empezando por sus hermosos valles, como el Valle de Incles, con prados alpinos, bordas de piedra y riachuelos cristalinos, que te permitirán descubrir la esencia del Pirineo. Partiendo desde el valle existen varias rutas de senderismo con distintas dificultad, como las que conducen a los lagos de Juclar o de Cabana Sorda. Aunque también puedes disfrutar de la naturaleza desde otra perspectiva, la que ofrece el tren eléctrico que recurre el interior del valle de forma tranquila y sostenible.

Y entre paseo y paseo por la naturaleza, también puedes conocer sus pueblos, donde el tiempo parece detenerse. Pequeños rincones como Ransol, donde las antiguas bordas se mezclan con casas de piedra y madera, como muestra de la arquitectura tradicional del Pirineo. O Prats, cuya iglesia románica de Sant Miquel preside el pueblo con su inconfundible campanario lombardo.  Sin olvidar El Tarter o Soldeu, al pie de las pistas de esquí, donde la tradición se combina con propuestas más modernas de alojamientos y restaurantes, que te permitirán conocer la rica gastronomía andorrana.

Propuestas para todos. Para los que buscan adrenalina o tranquilidad

Canillo también puedes disfrutarlo desde las alturas, contemplando desde el Mirador del Roc del Quer, suspendido sobre el valle, una de las vistas más impresionantes del Principado. Así como el Puente Tibetano de Canillo, situado a pocos kilómetros del mirador. La opción perfecta para los que buscan un poquito más de adrenalina. Un puente de 603 metros de longitud colgado sobre un paisaje vertiginoso.

Para los que busquen rutas más tranquilas, El Camí del Gall del Bosc conecta Soldeu y Canillo con un itinerario entre bosques, pasarelas y miradores naturales. Mientras que el Camí del Toll Bullidor, te conduce hasta una cascada escondida que te dejará sin palabras.

¿Quieres una opción que aúne historia, tradición y cultura? Aquí también lo encontrarás. El Santuario de Meritxell, obra del arquitecto Ricardo Bofill, es todo un icono de la identidad andorrana, combinando arte moderno y tradición, con una arquitectura única. Cerca de aquí también se encuentran las iglesias románicas de Sant Joan de Caselles o Sant Serni de Canillo. Un paseo por los caminos que las rodean, componen una ruta cultural única, donde arquitectura, paisaje y espiritualidad se funden en armonía.

Sin duda, Canillo es un destino para disfrutar sin prisas, solo dejándose embriagar pos sus paisajes, su patrimonio, sus pueblos y sus montañas. Donde vivir la naturaleza con calma, pero absorbiendo todo lo que ella tiene para ofrecernos.