Entre el vestido elegante que llevas semanas dudando si es "demasiado", el brindis inesperado del jefe y el compañero que confunde barra libre con "The Hangover", es normal sentir un pequeñísimo hormigueo de pánico social. Pero tranquila: con un poco de protocolo y mucha actitud, puedes convertir esa noche en ...
Entre el vestido elegante que llevas semanas dudando si es "demasiado", el brindis inesperado del jefe y el compañero que confunde barra libre con "The Hangover", es normal sentir un pequeñísimo hormigueo de pánico social. Pero tranquila: con un poco de protocolo y mucha actitud, puedes convertir esa noche en un éxito… sin acabar protagonizando el grupo de memes del lunes.
Aquí tienes tu guía definitiva para sobrevivir -y triunfar- en la cena de empresa sin dar la nota.
- El dress code: ni gala de premios, ni after de festival: Si no hay indicaciones específicas, apuesta por la elegancia discreta. Vestido midi o traje dos piezas es un acierto seguro; los brillos, sí, pero nivel "joya fina", no bola de discoteca. Y zapatos cómodos: recuerda que siempre hay un momento baile o "vamos a otro sitio".
Regla de oro: "mejor sugerir que gritar". Si dudas, pregúntale a una compañera con estilo y confianza (esa que siempre parece tener la vida resuelta).
- La llegada: ni la primera, ni la última: Llegar 15 minutos después de la hora suele ser perfecto. Llegar demasiado temprano te convierte en la estatua viviente en la puerta; llegar demasiado tarde grita "no quería venir" o "soy la diva incomprendida". Ninguna vibra es ideal.
Sonríe, saluda, y evita la entrada estilo alfombra roja. Esto no es Cannes… aunque tu eyeliner diga lo contrario.
- El alcohol: copa estratégica, no festival: Sí, brindar está bien. Sí, una copa relaja. Pero recuerda que tu reputación profesional también cenó contigo. La regla recomendada es dos copas máximo. Espacia, hidrátate, y si decides pasar del alcohol, el agua con gas y hielo es tu aliada chic. Nadie tiene por qué saber que ese "gin-tonic" es agua mineral. Recuerda: quieres bailar, no olvidar.
- Redes sociales: Usa un filtro mental antes de Instagram: Antes de sacar el móvil piensa: ¿A mi jefe le gustaría esta foto online? Si la respuesta no es un sí rotundo, guarda el móvil. Puedes hacerte selfies, claro, pero no etiquetes a nadie sin permiso. Y evita stories tipo "aquí dando todo en la cena de empresa" con tu compañera haciendo coreografía de TikTok detrás.
- El momento baile: sí, pero con dignidad: Si hay pista y música, ¡baila! Es una cena, no una oposición al Ministerio de Seriedad. Pero evita coreografías de bodas de pueblo a las 4 a.m. y movimientos que recuerden a tu yo adolescente.
- La despedida es el cierre con broche de oro: No te vayas sin saludar. Un "gracias, lo pasé genial" vale oro. Si puedes, menciona algo positivo del evento. Las personas educadas siempre brillan.
La cena de empresa es una oportunidad: de conectar, mostrar tu lado social y disfrutar. No es un examen ni una grabación de reality. Sé tú misma, pero versión pulida y estratégica.
Y recuerda. El objetivo no es sobrevivir, es brillar sin ruido. Pero si aun así alguien acaba haciendo el ridículo… bueno, agradece internamente que no fuiste tú y practica tu cara de "yo no vi nada".