¿Sabías que a interacción con un perro estimula la oxitocina y puede reducir el cortisol? Una revisión sistemática publicada en PubMed revela que la interacción con perros se asocia con un aumento de la variabilidad de la frecuencia cardiaca, un incremento de la hormona oxitocina (vinculada al afecto y la confianza) ...
¿Sabías que a interacción con un perro estimula la oxitocina y puede reducir el cortisol? Una revisión sistemática publicada en PubMed revela que la interacción con perros se asocia con un aumento de la variabilidad de la frecuencia cardiaca, un incremento de la hormona oxitocina (vinculada al afecto y la confianza) y una disminución del cortisol (la hormona del estrés). Esto sugiere que el simple hecho de compartir tiempo con un perro activa vías fisiológicas que favorecen la relajación y el bienestar emocional.
Y es que la conexión entre humanos y animales es cada vez más visible en la sociedad. Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC), en España hay alrededor de 20 millones de animales de compañía, lo que refleja un cambio en la forma de entender la convivencia con los animales, más centrada en la compañía y el bienestar compartido.
Diversos estudios científicos refuerzan esta tendencia. De acuerdo con publicación de la revista Harvard Health Publishing, convivir con un perro puede reducir los niveles de estrés, mejorar el estado de ánimo y favorecer hábitos más activos. La relación con un perro aporta beneficios tanto físicos como emocionales, promoviendo comportamientos saludables y una mayor calidad de vida. "La relación entre una persona y su perro no solo se basa en el cariño, sino también en la comprensión y la constancia. Cuando cuidamos de su bienestar físico y emocional, también estamos cuidando del nuestro", explica Ana Ramírez, experta veterinaria de Kivet.
Consejos para fortalecer el bienestar conjunto
Ramírez destaca que una buena relación se construye cada día, a través de pequeños gestos y rutinas compartidas. En primer lugar, subraya la importancia de mantener una comunicación positiva y coherente. Utilizar un tono calmado, reforzar los comportamientos adecuados y evitar los castigos genera confianza y seguridad.
En segundo lugar, es esencial establecer rutinas estables de paseo, descanso y alimentación, que aporten previsibilidad y tranquilidad al animal, favoreciendo un entorno más equilibrado para ambos.
El tercer aspecto clave es realizar ejercicio y actividades conjuntas. Pasear, jugar o explorar nuevos espacios contribuye tanto a la salud física como al fortalecimiento emocional del vínculo.
Asimismo, acudir a revisiones veterinarias periódicas permite detectar a tiempo posibles problemas de salud y garantizar un bienestar integral.
Por último, la especialista recuerda la importancia de dedicar tiempo de calidad: escuchar, observar y compartir momentos de calma fortalece la relación y refuerza la confianza mutua.
"El bienestar compartido nace de la conexión diaria. Escuchar, observar y dedicar tiempo de calidad son gestos sencillos que transforman la convivencia", añade Ana Ramírez (Kivet).