"Los dos creadores fundamentales de la primera mitad de nuestro siglo". Así define en sus memorias el coleccionista alemán Heinz Berggruen (Berlín, 1914 – París, 2007) a Pablo Picasso y Paul Klee, cuya conexión artística revela la exposición `Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen', una muestra realizada ...
"Los dos creadores fundamentales de la primera mitad de nuestro siglo". Así define en sus memorias el coleccionista alemán Heinz Berggruen (Berlín, 1914 – París, 2007) a Pablo Picasso y Paul Klee, cuya conexión artística revela la exposición `Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen', una muestra realizada por el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza junto al Museum Berggruen de Berlín.
Comisariada por Paloma Alarcó, jefa de Pintura Moderna del Museo Thyssen, y Gabriel Montua, director del Museo Berggruen, la exposición rinde homenaje al legado de Berggruen, uno de los marchantes y coleccionistas más relevantes del siglo XX, a través de más de 60 obras, la mayoría de ellas pertenecientes al museo alemán. Con motivo de la remodelación de su edificio, el Museo Berggruen organiza desde 2022 una serie de exposiciones internacionales en Japón, China, Australia y en Europa para mostrar lo más destacado de su colección. En el caso del Museo Thyssen, se propone un diálogo visual e intelectual entre estos dos artistas, los favoritos del coleccionista.
La colección de Heinz Berggruen
Heinz Berggruen se interesó por primera vez en la pintura moderna durante sus años de exilio en San Francisco, etapa en la que trabajó en el San Francisco Museum of Art y colaboró brevemente con el artista mexicano Diego Rivera. A su vuelta a Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, se inició en el mercado del arte y abrió su primera sala en París en 1948. Años más tarde, adquirió otro local que se convertiría en la Galerie Berggruen & Cie. A pesar de que París ya no era el principal foco artístico, Berggruen tuvo un papel decisivo en el mercado internacional durante la segunda mitad del siglo XX, centrándose en recuperar obras importantes de colecciones prestigiosas y captar como clientes a grandes mecenas del arte contemporáneo.
A partir de 1980, se dedicó en exclusiva al coleccionismo de obras de maestros del siglo XX, fundamentalmente de Picasso y Klee. En el año 2000, su extraordinario conjunto artístico fue adquirido por el gobierno alemán, dando lugar a la creación del Museum Berggruen como parte de la Nationalgalerie. De esta forma, se cumplía el deseo de Berggruen de no solo conservar su colección para la posteridad sino de compartirla y hacerla llegar al gran público. En este aspecto, se trata de un proceso muy similar al protagonizado por Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza y el Estado español en 1993.
Picasso y Klee
Picasso, más terrenal, excesivo, meridional y sensual, y Klee, más introspectivo, nórdico, espiritual e intelectual, poseían personalidades muy opuestas. A pesar de ello, mostraron interés el uno por el otro y tanto sus procesos creativos como sus obras guardan semejanzas en muchos aspectos. Les une el espíritu de experimentación, la facilidad para el dibujo, el interés por los mismos géneros y temas, la inclinación por la sátira y el sarcasmo como medio de transgresión y la deformación de las formas y el cuerpo humano. A través de un lenguaje plástico cargado de radicalidad, contribuyeron a transformar la manera de mirar y acercarse al mundo, dejando una profunda impronta en el desarrollo del arte contemporáneo.
Estas similitudes se reflejan en la exposición a lo largo de cuatro secciones dedicadas a temas y géneros que compartieron: Retratos y máscaras, Lugares, Objetos y Arlequines y desnudos. En cada una de ellas, además, se incluyen obras de la colección del Museo Thyssen, algunas de ellas pertenecientes a Berggruen en el pasado, que evidencian al mismo tiempo los lazos que unieron a los artistas y a ambos coleccionistas.