Tradicionalmente se dice que 'una copita de vino al día es buena para la salud'. Pero, aprovechando las fiestas navideñas y sus excesos, Rodrigo Córdoba, médico de familia y comunitaria y coordinador Educación para la Salud del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la ...
Tradicionalmente se dice que 'una copita de vino al día es buena para la salud'. Pero, aprovechando las fiestas navideñas y sus excesos, Rodrigo Córdoba, médico de familia y comunitaria y coordinador Educación para la Salud del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la semFYC desmonta ese mito. "No existe un consumo saludable de alcohol. Cualquier cantidad es perjudicial si se ingiere diariamente a lo largo de años", explica a EsVivir.
Ahora bien, no solo el consumo diario implica riesgo, también es perjudicial "a partir de cuatro vasos/copas en mujeres (seis en hombres) en una misma ocasión", afirma. "El alcohol tiene innumerables riesgos y actúa de muchas maneras, pero principalmente por su principal metabolito que es el acetaldehído, que atraviesa membranas celulares, interfiere en la replicación del ADN y altera las proteínas. No existe umbral seguro de consumo (es un carcinógeno del Grupo A)", desarrolla el médico de familia. Además, "es una sustancia que genera procesos de oxidación celular; disminuye la absorción de vitamina A, B, C, D, E, carotenoides y folatos y también incrementa las concentraciones de estrógenos".
Asimismo, Córdoba indica que actúa en el sistema renina-angiotensina-aldosterona, por lo que contribuye incrementar la presión arterial. "Todo esto aumenta el riesgo de diversas enfermedades", apunta. Otro riesgo a tener en cuenta es que el alcohol es cancerígeno. "Una sola bebida diaria, a lo largo de años, aumenta el riesgo de cáncer de mama en un 10% y el cáncer de colon en un 20%. Y a medida que se va aumentando la ingesta, crece el riesgo: con cinco bebidas diarias el riesgo aumenta un 50%. Algo parecido ocurre con otros cánceres (cavidad oral, laringe, faringe, esófago e hígado). Este es un motivo importante de la ausencia de un consumo saludable".
Cabe señalar, de igual forma, que no hay bebidas mejores o peores: el alcohol es el mismo en cualquier tipo de bebida si se consume la cantidad equivalente. "Un chupito de licor de 30 ml tiene 10 g de alcohol que la misma cantidad que una copa de vino de 125 ml o un vaso de cerveza de 200 ml. El precio de la bebida no modifica la toxicidad del alcohol que contiene. Hemos visto casos de miocardiopatía o cirrosis hepática alcohólica en bebedores exclusivos de cerveza o vino. Los contenidos de antioxidantes del vino son ridículos, pues para obtener la cantidad que contiene una cápsula de vitaminas habrá que consumir varias botellas al día".
Así las cosas, según el especialista se puede hablar hablar "de un consumo de bajo riesgo (que no equivale a saludable), el que se considera aceptable para una conducta voluntaria y consciente". Ese nivel de bajo riesgo se estima en dos bebidas/día para los hombres y una para las mujeres, "siempre que estos consumos no contengan más de 10g de alcohol por copa o vaso". "Pero no existe un máximo recomendado porque nadie debe recomendar el alcohol. La única recomendación en adultos es 'alcohol, cuanto menos mejor' y en menores de edad, 'mejor nada de alcohol', asevera.
Con más motivo en el caso de las mujeres, pues que tienen peor tolerancia al alcohol debido a una menor capacidad metabólica. "Esto se debe a una menor disposición de alcohol-deshidrogenasa que es la enzima que metaboliza el alcohol y también a un menor peso corporal en promedio y a distinta distribución del agua y la grasa corporal. El consumo afecta a hombres y mujeres, pero con la misma cantidad el riesgo es mayor para las mujeres", desarrolla.
Y por supuesto, recuerda que es fundamental mantener un consumo cero en embarazo y lactancia. "Habría que recordar que el 50% de los niños adoptados procedentes de países del Este de Europa tenían Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) porque sus madres biológicas bebieron alcohol en el embarazo, lo cual implica grandes problemas de comportamiento a lo largo de la vida".
Finalmente, el doctor advierte de que "la OMS, las organizaciones internacionales y todos los grupos expertos rechazan ese término como se rechazan los términos de 'consumo responsable' o 'consumo prudente'". "No hay una definición científica unívoca de 'consumo moderado' y cada cual lo interpreta a su conveniencia. Una sustancia potencialmente adictiva no puede tener un consumo responsable, debido a que el consumo habitual invita a ir aumentando la dosis con el paso del tiempo. Durante años la industria del alcohol ha financiado estudios científicos de los que solo extraía una pequeña parte de los resultados y en algunos grupos de pacientes disminuía el riesgo de infarto. Estos estudios eran defectuosos y sesgados. Ahora sabemos que no hay ninguna cantidad de alcohol que mejore la salud ni disminuya la mortalidad global", concluye.