¿Cómo mejorar los niveles de vitamina D en esta época del año?

María Robert 

La disminución de horas de luz, la menor radiación ultravioleta y los hábitos de vida que reducen la exposición solar durante la temporada invernal están incrementando el déficit de vitamina D o hipovitaminosis D, pese a ser España uno de los países más soleados de Europa

11/12/2025

La disminución de horas de luz, la menor radiación ultravioleta y los hábitos de vida que reducen la exposición solar durante la temporada invernal están incrementando el déficit de vitamina D o hipovitaminosis D en España, uno de los países más soleados de Europa. Algo que puede tener consecuencias negativas ...

La disminución de horas de luz, la menor radiación ultravioleta y los hábitos de vida que reducen la exposición solar durante la temporada invernal están incrementando el déficit de vitamina D o hipovitaminosis D en España, uno de los países más soleados de Europa. Algo que puede tener consecuencias negativas para la salud si no se aborda de forma efectiva.

"La vitamina D es, en sentido estricto, una hormona, y el organismo puede producirla cuando nos exponemos al sol. Esta síntesis cutánea puede cubrir en torno al 80% de nuestras necesidades, lo que explica su papel único frente a otras vitaminas", señala la Begoña Ortiz Santodomingo, directora del Área Científica de Farmasierra. "Sin embargo, en España, a pesar del clima, existe un déficit que es el reflejo de un estilo de vida más sedentario y de largas jornadas en interiores que limitan la exposición solar efectiva". Así lo demuestran estudios recientes realizados en una zona mediterránea, donde la proporción de personas adultas con niveles subóptimos de vitamina D superó el 75%. Según otro estudio, en población infantil, el 31,86% presentaba niveles inferiores a 20 ng/ml, porcentaje que ascendió hasta el 52,87% en invierno.

La doctora recuerda que los países nórdicos, con menos horas de luz, llevan ventaja en prevención porque hace décadas asumieron que no podían contar con el sol como fuente principal de vitamina D: "Por eso, suplementan a la población con vitamina D a través de la dieta, con alimentos fortificados o a través de los complementos alimenticos, y así garantizan los niveles recomendados".

¿A quién afecta la hipovitaminosis?

Los grupos de mayor riesgo incluyen a personas mayores, debido a que la piel sintetiza menos vitamina D con la edad; personas con obesidad, incluso aquellas con exposición solar adecuada, ya que la vitamina D es de naturaleza grasa y puede quedar "atrapada" en las células grasas, disminuyendo los niveles de vitamina D disponibles. También los pacientes con enfermedades crónicas cuyos tratamientos interfieren en su metabolismo.

"Podemos ver este déficit incluso en menores de un año. Es una población con baja o nula exposición al sol, y su dieta exclusiva, es (en muchos casos) la leche materna, que, siendo el mejor alimento para los bebés, no contiene grandes cantidades de vitamina D", subraya la experta.

Otro grupo que también se puede ver afectado por el estilo de vida es aquel que tiene baja exposición solar por temas de trabajo o estudio en interiores, trabajadores en turno nocturno, etc.

Consecuencias del déficit de Vitamina D

La vitamina D es un micronutriente fundamental para el mantenimiento general de la salud. Más allá de su papel en la salud ósea y muscular, la vitamina D fortalece y regula el sistema inmunitario favoreciendo la síntesis de ciertas sustancias antimicrobianas y modulando la función de las células de defensa.

"También sabemos que hay una importante relación entre déficit de vitamina D y otras patologías como desórdenes cardiovasculares (hipertensión o infarto de miocardio), cáncer (colon, próstata o mama), enfermedad celiaca, diabetes mellitus, complicaciones en el embarazo y parto, procesos inflamatorios…entre otras", afirma la doctora.

¿Cómo mejorar los niveles de vitamina D?

La exposición solar controlada es una herramienta esencial para mejorar los niveles de vitamina D. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una exposición directa de 10 a 15 minutos en brazos y cara, tres veces por semana, puede ser suficiente para cubrir gran parte de las necesidades en muchas personas. Es importante adaptar estos tiempos al fototipo, la estación y evitando siempre las quemaduras con la fotoprotección adecuada.

La alimentación es el segundo pilar. El pescado azul (salmón, caballa, sardina, arenque) de dos a tres veces por semana, así como huevos y lácteos fortificados son fuentes de vitamina D. Dado que esta vitamina es liposoluble, su absorción mejora si se ingiere junto con grasas saludables.

Por último, la suplementación es el tercer elemento, especialmente en grupos de riesgo o en invierno. Lo recomendable es consultar con un profesional sanitario para valorar el nivel de vitamina necesario de forma individualizada y determinar si es necesario suplementar, la dosis y la duración del tratamiento.

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