¿Cada cuánto lavar las sábanas? Los expertos desmontan el mito de los 15 días

J.Lizcano

Cambiar las sábanas parece una tarea rutinaria, casi automática, que hacemos cuando toca… pero ¿cuándo "toca" realmente?

27/11/2025

Si eres de las que piensa que hacerlo una vez al mes es suficiente o que cada dos semanas es más que aceptable, te interesará saber que la mayoría de los expertos en higiene y descanso no están de acuerdo. De hecho, tanto dermatólogos como especialistas en sueño coinciden en ...

Si eres de las que piensa que hacerlo una vez al mes es suficiente o que cada dos semanas es más que aceptable, te interesará saber que la mayoría de los expertos en higiene y descanso no están de acuerdo. De hecho, tanto dermatólogos como especialistas en sueño coinciden en que la frecuencia ideal es más corta de lo que solemos imaginar.

Pero antes de decir cuál es el intervalo recomendado, vale la pena entender por qué este tema es más importante de lo que parece. Las sábanas son el tejido que está en contacto directo con nuestra piel varias horas al día, normalmente entre seis y ocho. Durante ese tiempo, nuestro cuerpo desprende sudor, piel muerta, aceites naturales y bacterias. Aunque no lo veamos, todo eso queda atrapado entre las fibras de la ropa de cama.

A esto hay que sumarle que la cama no es un espacio estático: es un microambiente donde se acumulan ácaros del polvo, hongos y otros microorganismos. No es cuestión de ser maniáticos de la limpieza; forma parte del funcionamiento normal del cuerpo y del entorno. El problema está en dejar que estos elementos se acumulen demasiado tiempo.

¿Cada cuánto se recomienda cambiar las sábanas?

La respuesta más extendida entre expertos es clara: una vez por semana. Ese es el intervalo óptimo para evitar la acumulación excesiva de sudor, ácaros y bacterias. Dejar pasar un mes es demasiado, y hacerlo cada quince días puede quedarse corto en muchos casos.

Cambiar las sábanas semanalmente no es una manía ni una costumbre exagerada: es un hábito higiénico básico comparable a ventilar la habitación o lavar la ropa que usamos a diario. Al fin y al cabo, pasamos casi un tercio de nuestra vida en el colchón. Igual que nadie se pondría durante 15 días seguidos la misma camiseta, no tiene sentido aplicar otra lógica con la ropa de cama.

Por qué no es buena idea hacerlo solo una vez al mes

Aunque parezca cómodo o práctico, esperar todo un mes trae consecuencias poco deseables. En cuatro semanas, las sábanas pueden convertirse en un auténtico reservorio de microorganismos. Y aquí aparece uno de los mayores riesgos: los ácaros y alergias.

Los ácaros se alimentan de restos microscópicos de piel humana. Cuanta más piel muerta se acumule, más prosperan. Las personas con alergias, dermatitis e, incluso, problemas respiratorios, pueden ver sus síntomas empeorar solo por dormir en sábanas poco higiénicas.

Además, el sudor deja humedad atrapada en el tejido. Esa humedad es el caldo perfecto para que proliferen hongos y bacterias. ¿Resultado? Olores desagradables y la posibilidad de irritaciones cutáneas o infecciones leves.

¿Y por qué tampoco cada 15 días?

La opción de cambiar las sábanas quincenalmente suele ser el punto medio al que la gente recurre pensando que ya es suficiente. Sin embargo, dos semanas siguen siendo demasiadas para la mayoría de personas, sobre todo si:

- Dormimos con mascotas.

- Vivimos en zonas cálidas o húmedas.

- Sudamos mucho al dormir.

- Dormimos sin pijama.

- Tenemos problemas respiratorios o de piel.

En cualquiera de estos casos, el ritmo semanal deja de ser una recomendación y pasa a ser prácticamente una necesidad.

Cambiar la cama cada semana no tiene por qué verse como una obligación pesada. De hecho, muchos especialistas en descanso aseguran que dormir en sábanas limpias mejora la calidad del sueño, aumenta la sensación de frescor y reduce el estrés nocturno.

Si cuesta mantener el hábito, hay trucos sencillos. Por ejemplo, tener varios juegos de sábanas listos para alternar; fijar siempre el mismo día de la semana para cambiar las sábanas; ventilar la cama a diario o lavar la funda de la almohada incluso más a menudo.

La frecuencia perfecta según los expertos es clara: una vez por semana. Ni esperar un mes ni hacerlo cada quince días es suficiente para mantener la cama en condiciones óptimas.

Dormir en sábanas limpias contribuye a la higiene, la salud, el confort y la calidad del sueño. Y aunque parezca un detalle pequeño, es justamente ese tipo de detalle el que marca la diferencia en nuestro bienestar diario.

 

Mujer del Mes de Octubre: Neus Moya y su revolución con el calzado respetuoso
El aguacate en la menopausia: beneficios, recetas y cómo incorporarlo a la dieta
La maternidad sin estatus: por qué nuestra cultura no reconoce a las madres

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy