Frente al reto que supone para una familia educar y gestionar la energía de un cachorro, los perros senior disfrutan de una vida más calmada: adoran las siestas largas, necesitan menos actividad intensa y, además, cuentan con una personalidad definida y un historial médico conocido, lo que evita sorpresas para ...
Frente al reto que supone para una familia educar y gestionar la energía de un cachorro, los perros senior disfrutan de una vida más calmada: adoran las siestas largas, necesitan menos actividad intensa y, además, cuentan con una personalidad definida y un historial médico conocido, lo que evita sorpresas para quienes deciden darles una segunda oportunidad. Y esto nos ofrece poder hacer una adopción más consciente.
Los expertos coinciden en que adoptar a un perro siempre es un acto de responsabilidad y compromiso, pero hacerlo con uno mayor puede resultar especialmente gratificante. Elisenda Saperas, veterinaria y responsable de comunicación de Purina, explica que "además de ofrecerles un final digno, quienes adoptan descubren enseguida que estos animales tienen mucho amor por dar y una enorme facilidad para adaptarse al nuevo entorno y rutinas familiares".
En un contexto donde el abandono de animales sigue siendo un problema relevante, adoptar a un perro sénior se ha convertido en una decisión inteligente, con ventajas emocionales, prácticas y sociales. De hecho, su compañía puede ser especialmente valiosa para personas mayores o para las familias con rutinas tranquilas o con menor nivel de actividad. En ellos encontrarán un compañero perfectamente compatible.
Adoptar a un perro mayor es una decisión que trae muchas ventajas. Estos perros pueden convertirse en los compañeros más fieles y amorosos que te puedas imaginar. Al final del día, la edad es solo un número, y lo que realmente importa es el amor y el cariño que compartas con tu fiel compañero.