La lámpara de techo colgante se ha apoderado de la isla de la cocina o la mesa del comedor y no hace falta ni que esté encendida para comprobar el efecto que origina en la decoración. En ocasiones se elegirá una unidad de mayor volumen y se colocará en el ...
La lámpara de techo colgante se ha apoderado de la isla de la cocina o la mesa del comedor y no hace falta ni que esté encendida para comprobar el efecto que origina en la decoración. En ocasiones se elegirá una unidad de mayor volumen y se colocará en el centro, en otras se apostará por instalar un grupo de lámparas con el mismo diseño, unas a continuación de la otras. Son elegantes, estilosas, ayudan a que el espacio sea más acogedor y a través de ellas cada usuaria le da su toque personal a la estancia. Existen modelos que no solo aportan luz al lugar en el que se sitúan, también se adaptan a las necesidades de cada momento, pudiendo regularse en altura con tan solo tirar hacia abajo o contraer la luminaria, o ajustar entre luz cálida y fría, así como su intensidad. En cuanto a tendencias hay muchas y muy diversas porque todo dependerá de lo que se quiera conseguir con ellas: darle un toque industrial a través de aquellas fabricadas con hierro, metal o aluminio o que mezclen el color negro con el dorado, el blanco con el negro, o el vidrio con el metal, por ejemplo. En cambio, si lo que se pretende es reflejar una decoración que esté en contacto con la naturaleza o la artesanía, seleccionaremos aquellas luminarias de madera, de rafia, ratán o mimbre y en una paleta cromática más suave. Para una propuesta moderna y atrevida, se posicionarían como ganadoras las que ofreciesen un formato fuera de lo común, que pareciese estar en movimiento. Las que se revisten de colores brillantes y alegres son bien recibidas para transmitir energía positiva no solo a los que residen en la vivienda sino también a quien realiza la visita. Las tiras LED integradas en el mobiliario, el zócalo de la cocina, en los cajones y vitrinas sirven para contar con un punto de luz más focalizado, incrementar la visibilidad en una zona concreta y contribuyen a la decoración final, envolviendo el mobiliario en un tierno abrazo lumínico.

Foto de Saiful Islam en Unsplash.
Las lámparas de pie las verás al lado del sofá, de la mesa del comedor, del rincón de lectura o a lado del tocador. Sirven de complemento para luz principal y están pensadas para que el espacio no se vea tan vacío, son un elemento decorativo en sí mismo, tienen una fuerte presencia, ya sea en su forma recta, trípode, en arco, por su combinación de materiales, su color o por la incorporación de varias luces.

Foto de Apekshit Srivastava en Unsplash.
Otro de los recursos que tienes a tu alcance son las tiras de luces LED de colores que se sincronizan al compás de la música, sirven para crear un efecto inmersivo cuando se está viendo una película, serie, espectáculo o jugando a un videojuego. Son fáciles de instalar, fácilmente regulables, flexibles, eficientes, de bajo consumo y personalizables. Las monocromáticas, tal y como te explicamos anteriormente, se emplean como luz ambiental o decorativa para iluminar de forma suave unas escaleras, los muebles o las paredes. Las hay también para espacios exteriores.

Foto de Ryan Carpenter en Unsplash.
En el baño, además de la iluminación general, nos puede interesar contar con apoyo de luz en el espejo o en sus inmediaciones para que las tareas que rodean al ritual de higiene y autocuidado en la zona del lavabo se desarrollen de una manera más eficaz sin sombras, reflejos indeseados y con una luz más directa. Esta puede venir generada por unos apliques que están situados a ambos lados del espejo, un espejo retroiluminado o con foco de luz led integrado en su parte superior.

Foto de POOJAN THANEKAR en Unsplash.
Para la zona del dormitorio sería recomendable colocar dos apliques orientables en los laterales de la cama, donde se encuentran las mesitas de noche, de modo que no solo tendríamos una luz suave y ligera acorde con el momento del descanso, y al mismo tiempo contaríamos con un punto de luz para leer en cama o ver la televisión.

Foto de Sanju Pandita en Unsplash.
Las lámparas portátiles e inalámbricas que se recargan mediante USB están causando bastante sensación y no importa el lugar en el que se coloquen porque todos son válidos (estanterías, recibidores, despachos, habitaciones, salones, comedores, mesa de centro, etc.), son muy prácticas, no son pesadas, fáciles de transportar, pueden estar encendidas o apagadas porque, aunque no emitan luz disponen de una estética que no pasa desapercibida, ya sea por su vibrante color, su diseño o forma. Algunas hasta traen una asa para llevar cómodamente de un lugar para otro.

Foto de Andy Bob en Unsplash.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Aalo Lens en Unsplash.