La cistitis se define como una infección de las vías urinarias provocada por las bacterias que colonizan la zona genital y gastrointestinal. La vejiga se inflama, altera su morfología y no puede almacenar la orina, provocando la sensación de tener ganas de orinar continuamente. De hecho, que sea más frecuente en mujeres se debe a que su uretra es más corta y los gérmenes penetran con mayor facilidad y llegan mejor a la vejiga.

Los síntomas incluyen ardor y picor en la zona, necesidad continua de hacer pis y la sensación de que no consiguen vaciar completamente la vejiga. Además, pueden presentarse fiebre, escalofríos, cansancio, temblores, irritabilidad, dolor de espalda, dolor en la parte baja del abdomen, sangre y turbidez en la orina, etc.

El diagnóstico debe realizarlo el médico. Normalmente se detecta en un análisis de orina con tiras reactivas para descubrir la presencia de leucocitos y nitritos (cuyo resultado positivo implica que la probabilidad de infección es alta). El tratamiento se orienta a eliminar la infección y reducir las molestias. Lo normal es administrar un analgésico (para reducir el dolor) y un antibiótico durante 3 días, aunque hay casos en que es preciso tomarlo durante 7 días. Es imprescindible seguir las pautas marcadas por el médico y según sus indicaciones.

Se debe destacar el riesgo en embarazadas porque desencadena problemas en el desarrollo del feto y parto prematuro. Si el resultado diagnóstico es positivo se recomienda antibioterapia en el primer trimestre.

La prevención es importante, sobre todo en quienes ya la han padecido y desean evitar recaídas. Se recomienda: beber agua incluso en los momentos en que se está tratando, realizar una higiene adecuada pero no excesiva, usar ropa floja de algodón, no retener la orina durante demasiado tiempo, aumentar el consumo de vitamina C y arándanos que acidifican la orina, evitar el diafragma como método anticonceptivo, no usar geles lubricantes que destruyan la flora buena, orinar tras el coito para eliminar bacterias, etc.

Puedes aprovechar las propiedades del brezo para mejorar la situación. Es un arbusto que crece en zonas llanas y se considera eficaz para:

-Infecciones renales por la brecina de sus flores

-Como depurativo y diurético para eliminar toxinas.

-Antiinflamatorio, por sus taninos (arbutina) y flavonoides, que actúan sobre las paredes de la vejiga.

Puedes tomarlo en infusión (hasta un litro al día), decocción o la miel de brezo. También lo encuentras en cápsulas solo o asociado a otros elementos que incrementan su actividad. No se recomienda abusar de su consumo en ninguno de sus formatos.

Acude al médico si notas algún síntoma y él decidirá el tratamiento adecuado. No ocultes que utilizas compuestos “naturales” como el brezo. Habla con él y acepta sus indicaciones.