No hace falta renunciar completamente a comer “cosas” dulces. Tu cuerpo te los pide, especialmente a media tarde o por la noche. Se debe a una bajada de los niveles de azúcar en sangre que nuestro cerebro percibe y provoca la sensación de que “necesitas comer algo dulce porque tu cuerpo te lo pide”. La respuesta es inmediata; tomamos algo con azúcar, que sube la glucemia y se liberan endorfinas, serotonina y noradrenalina, lo que hace que nos sintamos mejor. El problema es que, el efecto dura poco y volverás a sentir la necesidad muy pronto.

Para que el consumo de alimentos dulces no repercuta en tu peso te recomendamos:

-dosifica su consumo a lo largo del día.

-combínalo con proteínas para prolongar su efecto.

-equilibra las raciones; nunca más de 100 gramos al día (entre 200 y 300 calorías) que puedes quemar al hacer ejercicio.

-prepara tú los postres. Puedes usar claras en vez de yemas, leche desnatada en lugar de entera, edulcorante y no azúcar, etc. Así lograrás reducir la cantidad de calorías ingeridas.

-reserva su consumo para la mañana porque es el momento en que realizas mayor actividad y quemas más energía. La mejor opción es consumirlos entre el desayuno y la comida.

-evita tomar dulces a partir de las cinco de la tarde porque en ese momento se ralentiza el metabolismo, se gasta menos energía y almacenamos grasa, por lo que aumenta nuestro peso.

Es muy importante hacer ejercicio. Dedicar unos minutos diarios a realizar ejercicios de tonificación muscular porque es en los músculos donde se metaboliza la mayor parte del azúcar y ejercitarlos permite reducir la cantidad de grasa que se acumula. Puedes hacer sentadillas, tracciones con una banda elástica, pesas, flexiones de brazos, etc. que reducen la flacidez y te darán una imagen más sana. Lo mejor es que lo practiques por la mañana para que no se te olvide y no altere excesivamente tu horario. Además te revitaliza, estimula tu metabolismo basal y te permite quemar más calorías. Aunque lo ideal es que le dediques media hora para obtener todos sus beneficios, dedica al menos diez minutos que seguro que puedes “robarlos” a tu apretada agenda.

Puedes preparar unas magdalenas de chocolate muy bajas en calorías. Mezcla en un bol una cucharada de aceite, otra de queso desnatado de untar, una taza de harina integral, una cucharada de cacao y una de levadura. Añade cuatro huevos batidos, una cucharada de edulcorante y otra de esencia de vainilla. Debes conseguir una mezcla compacta y de textura agradable. Rellena los moldes con la masa y ponlos en el horno a temperatura media unos veinte minutos. Puedes adornarlos con una frambuesa, un arándano o una fresa una vez se han enfriado.