En pocos bares y restaurantes se podrá ver la forma de servir el Single Malt de la manera en que se hizo este jueves en el showroom de Tom Black, donde se vivió una “Cata de Autor” con motivo de su inauguración. Artesanía pura y dura, como la elaboración de los trajes y de las camisas de Tom Black. Con un soplete se quemó ligeramente madera de barrica impregnada de Jerez para ahumar el vaso. Después, se vertió whisky. Para los más amantes de su sabor, el de 18 años. Una buena manera de disfrutarlo. Sin duda, habrá establecimientos que se interesen por hacerlo de esta manera. Por dar a sus clientes una gourmet experience. 

Tanto Glenfiddich como Tom Black pusieron en valor, en el evento, los valores que comparten: elegancia, precisión, experiencia, innovación y modernidad.

Glenfiddich es sinónimo de cuidado y dedicación en cada proceso de elaboración y en la responsabilidad de cada generación por ofrecer un producto de alta calidad. Ser reconocido como el mejor es fruto de la pasión, cariño, valentía y experiencia; valores que sólo compañías familiares mantienen a lo largo de su historia. Con 127 años de historia, Glenfiddich ha seguido innovando e incorporando conceptos nuevos pero siempre mantenido los valores de calidad, buen hacer y excelencia, permaneciendo bajo la misma familia durante cinco generaciones.

En la cata fueron muy protagonistas los de 15 y los de 18 años. El whisky de malta Glenfiddich 15 años es fruto de un proceso artesanal de mezclas y pasos perfectamente equilibrados y medidos, que sólo los maestros saben realizar para conseguir un producto extraordinario y diferente. Este Single Malt nace mezclando perfectamente las proporciones y cantidades de whisky pertinentes procedentes de tres tipos de barricas –barrica de roble europeo que contuvo jerez, barrica de roble americano que contuvo bourbon y barrica de roble americano nueva–. Sólo de esta forma, el whisky será perfecto, y el sabor final será exacto al que estipuló el maestro mezclador Brian Kinsman.

Por su parte, el whisky de malta Glenfiddich 18 años es la personificación de una obra de arte hecha whisky, un producto excepcional creado a partir de materias primas exclusivas y excepcionales. En Glenfiddich 18 años destacan las calidades de las barricas junto con sus diferentes tipos de maderas utilizadas y el tratamiento artesanal que se les da a las mismas. Es un producto tan exclusivo y artesanal que sólo existen 150 barricas para elaborar este gran whisky.

También se habló de cómo Tom Black confecciona sus prendas. Sus expertos lo hacen de forma artesanal, creando un patrón único para cada cliente, cuidando los detalles en cada corte, cada puntada y cada matiz de la prenda. En cada elaboración, miman hasta el más mínimo detalle, desde costuras, hombreras o entretelados hasta bordados personalizados, pasando por diferentes cruces, botones, cortes en bolsillos, forros o ribetes. Tanto Glenfiddich como Tom Black son conscientes de que un producto artesanal de máxima calidad necesita de altas dosis de rigurosidad en cada uno de sus procesos. Y las dos firmas son reconocidas por ello, tal y como comprobaron los presentes en la cata.