A lo largo de nuestra vida nos toca convivir en diferentes ámbitos sociales, conocemos muchos tipos de personas cuyo comportamiento nos afecta directamente en nuestra forma de ser y de actuar. Si nos encontramos con las denominadas “personas tóxicas”, nuestro crecimiento personal se verá mermado fuertemente debido a las negativas características de este tipo de personalidad.

¿Qué son las personas tóxicas?

De manera simple podemos definir este tipo de personalidad como aquellas formas de actuar que nos desgastan, duelen y crean un contexto negativo alrededor de nuestra vida; minimizan nuestra fuerza, nuestra moral y nuestra motivación, hundiéndonos en sensaciones dolorosas que se agravan con el paso del tiempo.

Por ello es muy importante conocer las principales características que definen a estas personas, para saber identificarlos y combatirlos de la mejor manera posible en pos de mejorar nuestra calidad de vida. Existen una serie de conceptos que definen a una personalidad tóxica, lo más significativos son los siguientes:

Actitud Manipuladora. Adoptan estrategias para conseguir lo que quieren, modificando sus rutinas para obtener lo que desean de los demás, sin importarle el daño que pueda ocasionar.

Victimismo. Apelan a esta cualidad para dar pena y ser eternamente consolados.

Poco respeto. No respetan las opiniones de los demás, supeditando la suya por encima de todas.

Deformación de la realidad. Son capaces de deformar la realidad moldeándola a su gusto para conseguir lo que deseen.

Culpabilidad Nula. No aceptan la culpabilidad como suya dirigiéndola hacia otras personas.

Crítica del entorno. Abusiva crítica sobre las personas que le rodean, ante sus hechos y formas de vida.

Fuerte sentimiento de envidia. Envidia en cada situación que conocen de cada persona, sembrando las dudas y el buen hacer de las personas.

Estos son los principales síntomas que poseen las "personas tóxicas", son fácilmente detectables en personas de nuestro entorno e incluso familiares; una vez detectados debemos de ser cautos y pacientes, comenzando una estrategia sana para interiorizar de la mejor manera los “dardos” envenenados que estas personas lanzan a su alrededor. Una de las armas para combatir la “toxicidad” es la amabilidad. En próximos artículos hablaremos de la mejor forma para neutralizar a una persona tóxica recuperando nuestra paz interior.