Acné, ¿hasta cuándo?

El acné ha dejado de ser un problema exclusivamente adolescente, cada vez es más común encontrar a personas adultas que sufren de esta alteración, causando problemas de autoestima e inseguridad.

11/02/2014

Acné, granos, granitos, puntos negros… se podrían considerar las “arrugas adolescentes”, ya que son una de las principales preocupaciones físicas de los más jóvenes. Y es que da igual la edad que tengamos… el aspecto físico, por A o por B, siempre nos va a tener en vilo. Si bien el ...

Acné, granos, granitos, puntos negros… se podrían considerar las “arrugas adolescentes”, ya que son una de las principales preocupaciones físicas de los más jóvenes. Y es que da igual la edad que tengamos… el aspecto físico, por A o por B, siempre nos va a tener en vilo.

Si bien el acné suele darse por causas hormonales, en plena revolución durante la adolescencia, mentiría si dijera que pasados los 20 te olvidas del problema, cada vez afecta a edades más tardías.

El acné se debe a dos causas principales:

-Genéticas: si hay antecedentes familiares es muy probable que se hereden.

-Hormonales: debido a la alteración de las hormonas sexuales, las glándulas sebáceas generarán más sebo, causando seborrea que conlleve al acné. Este factor es clave en la adolescencia, y también llega a afectar en la menopausia.

Además, existen otros factores que lo agravan: días próximos a la menstruación, el estrés, uso de cosméticos inadecuados, determinados alimentos omedicamentos, contaminación ambiental… Con el ritmo de vida que llevamos, es normal que la piel se sature y nos exija un poco de atención, ella es un reflejo que todo lo que pasa en nuestro interior.

Cuando se trata de causas genéticas u hormonales solemos encontrar el acné en mejillas, barbilla y de forma más generalizada, incluso en torso y espalda. Es necesario tratamiento y seguimiento médico para erradicar el problema, ya que el uso de productos cosméticos no será suficiente porque se trata de un problema intrínseco.

Cuando estas imperfecciones vienen inducidas por otros factores, aparecen de forma más puntual y localizada, barbilla, sienes, frente… en este caso sí que productos cosméticos y unos buenos hábitos de cuidado personal pueden ayudar a mejorar el aspecto de nuestra piel.

Buena higiene

La higiene es fundamental para arrastrar el exceso de sebo y células muertas que taponan los poros y favorecen su infección. Para este tipo de piel lo ideal es utilizar geles al agua, ya que dejan sensación de frescor y descongestión.

Teniendo la piel grasa necesitas cosméticos específicos que favorezcan el efecto seborregulador, aporten agua y sean libres en aceites.

Normalmente, para ocultar estas imperfecciones, usamos más maquillaje, y como no sea un producto adecuado, lo único que hará es empeorar el problema. Opta por maquillajes hipoalergénicos y no comedogénicos, aunque realmente lo ideal es dejar la piel respirar, al menos hasta que mejore su aspecto.

Recuerda, limpiar, hidratar y cambiar malos hábitos van a mejorar tu piel visiblemente. En caso de que la afección sea más grave, acude al dermatólogo, es un problema con solución que dará un giro a tu bienestar personal.

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