Dolorosas hemorroides

Carmen Reija

Las hemorroides se presentan en un elevado porcentaje de la población, a edades muy variadas y en personas que realizan distintas actividades. Y se cumple la teoría de que las “sufrimos en silencio”, evitando los comentarios con los que nos rodean porque resulta incómodo hablar de ello y deseando que desaparezcan porque los síntomas son muy molestos y afectan a nuestra actividad cotidiana. No es necesario mantenerlo en secreto y puedes quejarte de padecerlas. Consulta a tu médico y sigue las pautas que te indique. Mejorarás muy pronto.

15/02/2016

Podemos definirlas como la inflamación de las venas en el ano o la parte inferior del recto debido a causas diferentes y que generan un gran malestar en quienes las padecen. Pueden ser: internas (dentro del ano, donde comienza el recto, que suelen producir un sangrado y pueden salir al ...

Podemos definirlas como la inflamación de las venas en el ano o la parte inferior del recto debido a causas diferentes y que generan un gran malestar en quienes las padecen. Pueden ser: internas (dentro del ano, donde comienza el recto, que suelen producir un sangrado y pueden salir al exterior provocando un incómodo prolapso) o externas (por fuera del ano y pueden llegar a trombosarse por la formación de un coágulo sanguíneo).

Los síntomas son percibidos por el paciente como dolor, picor, quemazón, punzadas, etc. siendo frecuente sufrir un sangrado que causa una gran alarma en el enfermo. Cuando se produce el prolapso (aparición de un bulto que sale del ano) se siente picor y dolor que interfiere en tu actividad cotidiana.

Son muchos los factores que favorecen su aparición:

-Antecedentes familiares

-Estreñimiento, que obliga a realizar un esfuerzo mayor para defecar.

-Malos hábitos de defecación (permanecer mucho tiempo sentados en el inodoro, no ser regular, hacer una fuerza excesiva, etc.)

-Exceso de peso. El volumen abdominal genera la compresión del plexo que provoca alteraciones a nivel intestinal.

-Sedentarismo. La falta de movimiento provoca la acumulación de las heces y una mala circulación sanguínea.

-Esfuerzos en el trabajo o al hacer deporte.

-Permanecer sentados mucho tiempo.

-Embarazo. El aumento del tamaño del feto comprime la red venosa de alrededor y provoca un aumento de presión en la zona.

-Hábitos alimentarios nocivos, como el consumo de alimentos muy picantes.

-Algunas enfermedades se asocian a su formación.

Acude al médico para que valore la situación y determine las pruebas que considere necesario realizar. El tratamiento debe pautarlo él y puede indicar:

-Fármacos sistémicos con flavonoides (por ejemplo) que reducen la inflamación local y mejoran la permeabilidad vascular.

-Pomadas antihemorroidales, que contienen corticoides (que reducen el dolor y la hinchazón) o lidocaína (que reduce el dolor), entre otros principios activos.

-Cirugía para extirparlas cuando se produce un sangrado intenso o el prolapso no se reduce con el tratamiento.

Algunas actitudes mejoran el problema: lavados con agua tibia, no usar papel higiénico con perfumes o colores, utilizar toallitas húmedas para limpiar la zona tras la defecación, elegir ropa interior de algodón, evitar el rascado, beber muchos líquidos, seguir una dieta rica en fibra, etc.

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