Consecuencias generadas por la envidia

Iván Martín

La envidia es una de las emociones que más daño hacen a su poseedor. Sus consecuencias son tremendamente negativas para la vida diaria.

21/02/2014

Históricamente la envidia forma parte de los siete pecados capitales, es un sentimiento que ha estado y está muy presente en la psicología del ser humano. Es definida como todo sentimiento de frustración ante cualquier bien material o inmaterial que posea otra persona. La persona envidiosa sufre ante los logros de ...

Históricamente la envidia forma parte de los siete pecados capitales, es un sentimiento que ha estado y está muy presente en la psicología del ser humano. Es definida como todo sentimiento de frustración ante cualquier bien material o inmaterial que posea otra persona.

La persona envidiosa sufre ante los logros de los demás, es incapaz de empatizar y compartir la vida con su entorno; en ocasiones se vale del disimulo para dar una imagen de felicidad pero por dentro la frustración le corroe.

Se trata de individuos insatisfechos sin que, por el momento, hayan definido sus objetivos en la vida. Por ello, analizan a las personas en función de sus logros sintiendo un profundo daño interior al compararse con ellos. Se generaliza un sentimiento de rencor extremo definido en una actitud crítica y manipuladora.

Una de las características más peculiares de la envidia es su poca utilidad para la persona envidiosa, es decir, si bien otros sentimientos son usados para paliar carencias emocionales, en el caso de la envidia lo único que aporta es frustración, rabia e ira. No aporta nada constructivo y nos aleja de nuestras propias metas.

La envidia produce en las personas que la posean una serie de consecuencias complejas para disfrutar de una buena salud emocional:

Baja autoestima. La envidia parte de este terrible sentimiento de sentirse por debajo de los demás y de no aceptarnos, produciendo una  insatisfacción continúa por todo lo que nos rodea.

Estancamiento. Llevar la mirada hacia los demás desprotege nuestra propia vida, se gasta energía en desear lo que no tenemos, en vez de utilizar nuestras fuerzas para generar lo que queramos.

Soledad y tristeza. Una persona envidiosa está triste y sola, no comparte sus experiencias porque no está orgulloso de ellas; buena parte de su dialéctica está basada en otras personas, se encuentran solas porque llevan dentro su verdadero ser y no saben mostrar su interior.

Rencor. Sentimientos tan dañinos como el odio y el rencor son muy comunes en los envidiosos/as, no desean nada bueno de los demás y en ocasiones pueden ayudar a que no se cumplan los deseos de las personas envidiadas.

Una profunda reflexión sobre nuestra vida, analizando las metas que queramos alcanzar, es un buen principio para combatir la envidia. Apoyarse en los seres más queridos expresando nuestras inquietudes y miedos irá debilitando este destructivo sentimiento poco a poco de nuestros pensamientos diarios.

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