Victoria Carmona
Es cierto que las embarazadas sufren más los efectos de calor, ya que están más sensibles a las altas temperaturas, a las noches de calor, al sol… Pero con algunos cuidados esenciales, nada te impedirá disfrutar de esta época del año con salud.
Los cambios hormonales propios del embarazo hacen que la temperatura corporal aumente y eso se acrecienta con el calor veraniego. Aunque no todo es negativo, es un bueno momento para preparar tu cuerpo para la llegada del bebé: cuida tu piel, mantente en forma, adapta tu alimentación. Para evitar el calor ...
Los cambios hormonales propios del embarazo hacen que la temperatura corporal aumente y eso se acrecienta con el calor veraniego. Aunque no todo es negativo, es un bueno momento para preparar tu cuerpo para la llegada del bebé: cuida tu piel, mantente en forma, adapta tu alimentación.
Para evitar el calor sofocante
1.- Refréscate con frecuencia con duchas, helados, en la piscina o en la playa.
2.- Bebe dos litros de líquido al día, ya sea agua o zumos. Las bebidas isotónicas también ayudan en esos momentos de bajón.
3.- Adapta tu dieta: evita las comidas copiosas. Come mucha fruta y ensaladas, ya que este tipo de dieta refresca e hidrata.
4.- Viste con ropa fresca y holgada.
5.- Evita el sol en las horas centrales del día.
6.- Evita tomar el sol bocarriba para evitar que la temperatura del vientre suba en exceso.
Haz ejercicio
Si lo practicas durante esta etapa de tu vida, estarás más saludable y fuerte de cara al parto. Eso sí, hay que elegir el deporte más adecuado a nuestras circunstancias: como nadar u otro tipo de ejercicio acuático. O simplemente caminar, que también ayudará a tonificar nuestra musculatura.
El calor hace que se retengan más líquidos y para evitarlo:
- Descansa con los pies elevados
- Si pasas muchas horas sentadas, utiliza un alzapiés.
- Evitar caminar o pasear en las horas con más calor.
- Utilizar ropa cómoda y calzado adecuado.
- Eso sí, nunca tomar diuréticos, ya que pueden ser perjudiciales para el bebé.
Cuida tu piel
Durante el embarazo es posible que aparezcan manchas en la piel del rostro y del cuello, que se oscurecen con el sol. Por otro lado, el estiramiento de la piel hace que se rompan las fibras elásticas en el vientre, glúteos, caderas o piernas. Por todo ello, es fundamental prestar especial atención en verano a tu piel, con productos fotoprotectores y mucha hidratación.
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