Los signos que revelan que un niño puede tener problemas visuales son variables, por lo que los padres y educadores deben estar muy pendientes de sus actitudes. Los más destacables serían: dolor de cabeza, picor, escozor, lagrimeo, enrojecimiento ocular, frotamiento continuo, mala postura corporal o de la cabeza, etc.

También en la lecto-escritura se observan características típicas asociadas a los problemas de visión. Podemos destacar el hecho de que siga la lectura con el dedo, que se salte líneas del libro, la inversión de palabras, los errores al copiar un párrafo o que presente una mejor memoria auditiva que visual.

Los expertos relacionan el incremento del número de miopes con el estilo de vida actual. En la sociedad actual, los hábitos han cambiado y los niños dedican mucho tiempo a realizar “tareas de cerca” (estudio, ordenador, lectura, etc.) y a usar la televisión (ya sea para verla directamente o para jugar a cualquiera de los múltiples juegos que utilizan habitualmente). El trabajo ante el ordenador o la tableta se ha multiplicado exponencialmente porque los libros y libretas se han sustituido por estos aparatos en muchos centros de estudio y la fatiga visual se ha incrementado entre este sector de la población.

Algunas recomendaciones pueden mejorar la situación y reducir los problemas de visión que afectan seriamente al desarrollo intelectual y personal de los niños. Destacaría:

-Respetar la distancia y el ángulo de visión respecto a la pantalla.

-Ajustar los pupitres a la talla de quienes los utilizan y regular la altura de las mesas de trabajo.

-Mantener los pies apoyados en el suelo, con las rodillas en un ángulo de 90º respecto de la pierna y el cuerpo a 90º en relación con los muslos.

-La espalda debe mantenerse recta sin apoyarla en el respaldo de la silla.

-El plano de escritura debe encontrarse a la altura de los codos y con una inclinación de 20º respecto a la persona.

-La distancia de los ojos al plano de visión cercana no debe ser menor de 35 cm.

-La iluminación debe ser uniforme y no provocar sombras ni brillos.

-Descansar la vista parpadeando y mirando a lo lejos de vez en cuando.

Acude al pediatra y consulta la situación. Debes realizar las revisiones oftalmológicas pautadas por el especialista y observar la conducta de tu hijo para poder explicarle lo que has detectado. Mantén una buena relación con sus profesores y sigue sus indicaciones porque su intención es ayudar.