El organismo necesita recargarse de energía para recuperarte porque el cambio de estación y la vuelta a la normalidad con sus horarios y obligaciones, suele provocar un enorme cansancio y apatía. Existen muchas opciones, pero todas deben pasar por el asesoramiento médico, ya que es el único capacitado para diagnosticar y tratar el problema que te aqueja.

Suelen utilizarse compuestos “naturales” con propiedades relacionadas con el aumento de energía y la revitalización. Destacaría:

-El ginseng rico en ginsenósidos, suele recomendarse en situaciones que cursan con cansancio, fatiga general, estrés, agotamiento físico e intelectual o fatiga crónica, pues aumenta los reflejos y revitaliza, mejorando el estado físico y mental. El inicio del consumo debe hacerse lentamente, porque puede causar dolores de cabeza y malestar general. Un exceso provoca nerviosismo, imposibilidad de dormir, náuseas, aumento de tensión arterial, urticaria, dolor de estómago y cabeza, tensión muscular y diarrea. A largo plazo se presentan efectos secundarios, por lo que no puede consumirse de manera habitual. No se recomienda combinarlo con cafeína u otros excitantes, antidepresivos, tratamientos hormonales, antipsicóticos o estimulantes del SNC. No se debe administrar a niños, ni en embarazo y lactancia. No usar en insomnes, enfermos de tiroides, ni en hipertensos o pacientes con trastornos cardíacos.

-La levadura contiene proteínas de alto valor biológico, vitaminas del grupo B, minerales, ácidos grasos (oleico y linoléico) y fibra. Se utiliza como suplemento alimentario para mejorar la piel, el cabello, las uñas y reducir el cansancio. También favorece el aumento de las defensas y el buen estado y funcionamiento de la flora intestinal. No hay datos concretos sobre la aparición de efectos adversos importantes.

-La jalea real presenta vitaminas del grupo B, C, D, E, A, minerales, ácidos grasos insaturados y aminoácidos esenciales a los que se atribuyen sus propiedades: reconstituyente, estimulante y tonificante para el cansancio físico, para prevenir catarros e infecciones y para aumentar la resistencia mental en períodos de estrés o fatiga. Es un complemento alimentario utilizado en estados de debilidad o agotamiento físico o psíquico. No se recomienda su administración prolongada. Su exceso produce cefaleas, aumento de la tensión arterial y del ritmo cardíaco y náuseas, estando contraindicada en la enfermedad de Addison.

-El polen tiene un alto valor nutritivo por su contenido en proteínas, vitaminas del grupo B y C, sales minerales y oligoelementos. Mejora el estado de ánimo, aumenta el apetito y reduce la fatiga física.

Hay una enorme variedad de productos con una o varias plantas medicinales asociados o no con complementos alimentarios (jalea, polen,…) que pueden (o no) estar también combinados con vitaminas y minerales. Se debería utilizar el más adecuado a cada caso, pues proporcionarán energía, antioxidantes, vitaminas y minerales interesantes para recuperar la perdida vitalidad física.