10 recomendaciones para un otoño 10


El cambio de estación a veces nos lleva a cometer errores muy comunes que nos pueden hacer olvidar los hábitos saludables.

28/09/2016

La Dra. Elena Soria, médico nutricionista de la Clínica Menorca, recomienda 10 consejos saludables para que la rutina del otoño no suponga un golpe de estrés. 1. Hidratación. Bebe mucha agua aunque no tengas sed; con la bajada de temperaturas es normal que creas que no necesitas tanta hidratación como en ...



La Dra. Elena Soria, médico nutricionista de la Clínica Menorca, recomienda 10 consejos saludables para que la rutina del otoño no suponga un golpe de estrés.
 
1. Hidratación. Bebe mucha agua aunque no tengas sed; con la bajada de temperaturas es normal que creas que no necesitas tanta hidratación como en verano, pero no es así. Especialmente ahora que de lo que se trata es de liberarse de los residuos y exceso de toxinas en tu cuerpo. No te des atracones pues favorecen la retención de líquidos; come frutas, y evita las bebidas gaseosas y el alcohol.
2. El sol. Es bueno tomar el sol, aumenta la producción de vitamina D, refuerza nuestro sistema inmunitario y previene enfermedades. Disfruta del aire libre todo lo que puedas para evitar que el cambio de estación provoque un bajo estado anímico. Aprovecha para salir al campo los fines de semana mientras haga buen tiempo y no te olvides que, aunque sea más débil que en verano, siempre tienes que tomarlo con precaución. Evítalo en las horas centrales del día, protégete con cremas solares y con gafas adecuadas, utiliza los sombreros y viste con prendas claras y de fibras naturales.
3. La alimentación. estabiliza los horarios de las comidas e ingiere frutas y verduras de temporada, hidratan, y te ayudan a mantenerte en tu peso y la piel luce más saludable. Puedes, durante unos días, disminuir la ingesta de calorías, bajar el aporte de grasas e hidratos de carbono, de alto valor glucémico, disminuyendo las cantidades de nutrientes. Pero siempre cubriendo las necesidades diarias, 40% de grasas (de las cuales sólo un 10% insaturadas), 40% de hidratos de carbono y 30 % de proteínas. Este reparto se respeta en cada ingesta, siendo la mayor proporción tomada en el desayuno y comida, seguidamente en la cena y en menor cantidad en los tentempiés de media mañana y media tarde. Si hablamos de calorías, el reparto sería el siguiente: Desayuno: 30%. Media mañana: 10%. Comida: 30-35%. Merienda: 10%. Cena: 20%. El número de ingestas recomendado es entre cuatro y seis, dejando un espacio entre ingestas de 2,5 a 4 horas.
4. El descanso. Los días se acortan, madrugamos, la siesta es agua pasada, el colegio de los niños, la casa, el trabajo… Si robamos horas al sueño, sólo conseguiremos acumular cansancio, estrés, nerviosismo que, en contra de lo que pueda parecer, contribuirá a que hagamos menos y peores cosas, creando día a día una sensación de desasosiego que puede llegar hasta la depresión. Además, dormir poco no es nada saludable para la línea: se acumula grasa en la cintura, está asociado con problemas cardiovasculares, al síndrome metabólico y a la depresión. Duerme lo que necesites, de 7 a 9 horas diarias, ‘obligándote' a ir a la cama a una hora adecuada para que al día siguiente estés en forma y relajada. Verás como puedes hacer muchas más cosas que si te hubieras acostado tarde.
5. El ejercicio. Si la organización de tu vida no te permite apuntarte al gimnasio, tu cuerpo te agradecerá un buen paseo, nadar o montar en bicicleta un rato cada día.
6. La exfoliación. Una buena exfoliación semanal ayuda a activar la circulación, mantiene la piel suave, le da elasticidad y la fortalece. Elimina la capa de células muertas que evitan que la luz se refleje en la piel dando lugar a un aspecto 'sucio'’. Puedes hidratarla con productos que incluyan partículas de color, o autobronceador, y así tu piel se mantendrá morena todo el año.
7 Horario y alimentación. Es importante adecuar el horario y el tipo de alimentación. Los hidratos de carbono son energéticos, por lo que es mejor ingerirlos unas horas antes de realizar la actividad más intensa del día. El desayuno tiene que contener hidratos de carbono (pan o cereales integrales) para disponer de la energía necesaria durante la mañana, acompañados de proteína en forma de lácteo y/o huevo para los procesos de reparación y para sentirnos saciados. La primera pieza de  fruta del día podría tomarse en el desayuno o a media mañana, con ella queremos aportar principalmente vitaminas y fibra. Por la noche, la ingesta de proteínas, hidratos y  grasas debe ser menor porque en las siguientes horas no vamos a realizar  actividad física importante y porque ya hemos tenido que aportar la mayoría de ellos durante el día.
8. Los trucos que nunca falla. Si quieres perder unos kilos, no pienses ‘tengo que hacer dieta’, es sinónimo de sufrir. En su lugar di ‘tengo que cuidarme’. Otro truco es aumentar la actividad física, pues liberas endorfinas y te encuentras más animada, además de quemar calorías. Mide el aceite al cocinar y al aliñar. Dos o tres cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, pero no menos, pues es sanísimo y riquísimo, aunque tampoco más pues tiene muchas calorías. Y, por último, otro truco es evitar salir de casa para comer o cenar; queda para ir al cine, tomar un café o un refresco light, para dar un paseo, ir de excursión, charlar, bailar... pero disminuye tus quedadas de restaurante.  Es preferible comer en casa pues es mucho más fácil no saltarse la alimentación sana y equilibrada que llevas en casa.
9 Las defensas. Los catarros por el cambio de estación son típicos. Evita los cambios bruscos de temperatura y, si sales muy temprano por las mañanas, lleva dos o tres prendas de ropa que puedas poner y quitar una sobre otra para que no te pille muy abrigada en momentos del día en los que todavía la temperatura puede ser muy agradable, ni demasiado fresca en las horas en las que el termómetro alcanza medidas más que otoñales. También es muy recomendable tomar durante algunas semanas algún complejo nuricional que fortalezca las defensas.
10. ¡No a las dietas milagro! Es cierto que son una gran tentación, sobre todo cuando descubres que ese vestido que te quedaba ideal hace un par de meses, ahora marca una ligera tripita o rollo alrededor de la cintura. Los resultados de este tipo de dieta siempre son una pérdida y recuperación rápida de peso, lo que llamamos 'efecto rebote'. Así que, en conclusión, no merece la pena. Realiza más actividad física, ingiere menos calorías y, si tu problema es muy localizado, siempre puedes acudir a tratamientos médicoestéticos (coolsculpting, alidya, mesoterapia, sculpsure, etc.)


 

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