Los mitos más comunes de la alimentación, ¿falsedad o realidad? (Parte II)

Mirian Díaz

Echa un vistazo a los siguientes hábitos o mitos alimenticios que hemos adoptado como buenos como si detrás tuvieran algún fundamento científico que lo probara

27/10/2016

Estos son algunos de los mitos más frecuentes que casi siempre hemos tenido presente en nuestra vida, sin saber que, en realidad, muchos son falsos. De hecho, en ocasiones nos hemos dejado influenciar por ellos, sin ser conscientes de que no lo estábamos haciéndolo demasiado bien. Hay alimentos que son malos En ...

Estos son algunos de los mitos más frecuentes que casi siempre hemos tenido presente en nuestra vida, sin saber que, en realidad, muchos son falsos. De hecho, en ocasiones nos hemos dejado influenciar por ellos, sin ser conscientes de que no lo estábamos haciéndolo demasiado bien.

Hay alimentos que son malos

En realidad, ningún alimento se puede considerar como malo. Lo ideal es seguir una dieta equilibrada donde haya un poco de todo, teniendo en cuenta cuál es nuestro peso ideal y las proporciones correctas.   

Los suplementos vitamínicos son de vital importancia

Si se sigue una dieta rica en vitaminas y minerales, no hacen falta. Los suplementos vitamínicos solo están indicados en casos de deficiencias en la alimentación y se deben consumir por orden facultativa.

Los alimentos frescos son mejor que los congelados

No es cierto, de hecho, el frío no altera las propiedades de los alimentos, que siguen manteniendo sus cualidades intrínsecas. Eso significa que, frescos o congelados, los alimentos que consuma tu organismo van a tener los mismos nutrientes.   

Saltarse una comida puede adelgazar

Esto es falso y es un hábito que debemos descartar, puesto que lo único que conseguirás será llegar a la siguiente comida con mayor sensación de hambre. Lo más adecuado es llevar a cabo cinco comidas a lo largo del día para controlar la saciedad.

La retención de líquidos es la culpable del sobrepeso

Incierto totalmente. El sobrepeso u obesidad no consiste en un exceso de líquidos sino de grasa, por lo tanto resulta conveniente no utilizar diuréticos de forma intermitente sin el control de un especialista.

La ansiedad y el estrés engordan

La ansiedad puede provocar una ingesta descontrolada de alimentos energéticos y eso es lo que produce el aumento de peso. Hay personas, por el contrario, que no tienen apetito cuando están más ansiosos que de costumbre y puede causar el efecto contrario, es decir, adelgazar.

El colesterol siempre es malo

El colesterol es necesario, solo que hay que controlarlo. El huevo, por ejemplo, es un alimento muy completo y no solo posee colesterol, sino proteínas, vitaminas y minerales, de ahí que el huevo no sea considerado un alimento dañino, más bien todo lo contrario.   

La mezcla de proteínas e hidratos de carbono engorda

Esto no es así, es más, no existe ninguna base científica que pueda corroborarlo. Cada alimento dispone de una serie de nutrientes determinados y es materialmente imposible separarlos para comer unos u otros.

 

  *Fotos: Twitter

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