Podemos describirla como una bebida (en principio alcohólica) elaborada a partir de granos de cereales (especialmente cebada) fermentados con levadura y aromatizada con plantas (normalmente lúpulo). Presenta gas porque contiene dióxido de carbono. Los sabores, aromas y colores varían en función de los ingredientes utilizados y el método de elaboración empleado. También el porcentaje alcohólico es variable (los niveles normales oscilan entre los 3 y los 9% vol.) Existen muchas opciones y destacaría la especial para celíacos, preparada generalmente con agua, trigo sarraceno, jarabe de maíz y lúpulo.

Se preparan en diferentes países y se comercializan en otros (puedes encontrar cerveza alemana o mexicana, por ejemplo en muchos locales españoles). La tradición local tiene una gran relación con el tipo de cerveza elaborada. Suelen utilizarse los ingredientes típicos y sistemas específicos, por lo que seguro que encuentras alguna que te guste. Existen locales en los que se pueden encontrar cervezas de todo el mundo: Pilsener, Lager, Ale, Amber, Kirin, etc. También puedes comprarlas en puntos de venta especializados e, incluso, elaborarlas tú mismo.

Presenta propiedades muy interesantes relacionadas con sus componentes. Para calcular su contenido calórico —que es lo más preocupante a la hora de controlar el peso— podemos dar una aproximación: 100 ml de cerveza de entre 4 y 8 grados, contiene 90 calorías; si es sin alcohol, 17. Lo que confirma que no engorda tanto como creemos. Destacaría de sus componentes:

-La levadura de cerveza. Presenta proteínas de alto valor biológico (con los aminoácidos esenciales), vitaminas del grupo B (B1, B2, B6, ácido fólico,), minerales (hierro, selenio, zinc y cromo, por ejemplo) y un bajo contenido en sodio, ácidos grasos oleico y linoléico y fibra. Estos componentes la hacen muy interesante para mejorar el estado de la piel, el cabello frágil, las uñas quebradizas y reducir el cansancio. También colabora en el aumento de las defensas del organismo y en el buen estado y funcionamiento de la flora intestinal.

-El lúpulo (Humulus lupulus), contiene lupulina que da el sabor amargo característico y estimula el apetito. Existen diferentes variedades que se están utilizando para elaborar las distintas cervezas y que aportan características organolépticas especiales. Los expertos señalan que posiblemente sea ésta la causa de que a cada persona le guste más una u otra.

La acompaña una concepción negativa, pues ha sido considerada poco nutritiva y muy calórica durante demasiado tiempo y es difícil liberarse de esas ideas preconcebidas. Actualmente las cosas han cambiado, y desde el CICS (Centro de Información de Cerveza y Salud), señalan que contiene vitaminas, proteínas, fibra, minerales, agua e hidratos de carbono. Lo recomendable sería realizar un consumo moderado y responsable, pero tampoco hay que obsesionarse con la idea de que cada cerveza que bebes te engorda.