Vaginismo, una dolencia silenciada

Victoria Carmona

El vaginismo es un problema desconocido que impide, por ejemplo, usar tampones, realizar pruebas ginecológicas o dolor en las relaciones sexuales. La causa parece tener un origen psicológico, aunque a veces mejora con una terapia física.

12/01/2017

El vaginismo produce una contractura de los músculos del tercio inferior de la vagina. Esto produce que la entrada vaginal se cierre e imposibilita las relaciones sexuales o hacerse una citología. ¿De origen psicológico? Se calcula que casi el 5% de las españolas lo padecen y parece ser que se produce por ...

El vaginismo produce una contractura de los músculos del tercio inferior de la vagina. Esto produce que la entrada vaginal se cierre e imposibilita las relaciones sexuales o hacerse una citología.

¿De origen psicológico?

Se calcula que casi el 5% de las españolas lo padecen y parece ser que se produce por un trauma psicológico como abusos sexuales, ansiedad e incluso se puede basar en una educación y valores culturales recibidos.

En cambio, una adecuada terapia física mediante fisioterapia puede ayudar a mejorar esta dolencia, con la rehabilitación del suelo pélvico. Los expertos dicen que con seis o siete sesiones de este tratamiento se pueden mejorar mucho los síntomas.

Diferentes tipos de vaginismo

Se distingue entre vaginismo primario y secundario. En el primer caso, puede advertirse la primera vez que se intenta introducir un tampón y resulta imposible o doloroso, así como en la primera relación sexual.

El secundario, por su parte, se relaciona con etapas como la menopausia o el posparto, así como con alteraciones como la sequedad o la endometriosis o con la toma de algún tipo de medicamento.

Cómo afecta a la sexualidad

A veces esta dolencia puede producir efectos físicos y emocionales al padecerla, pero, por lo general, las mujeres que lo sufren, aunque no puedan tener relaciones completas, sí que tienen relaciones satisfactorias. Además es un tema a abordar con la pareja, aunque sea difícil enfrentarse al miedo a ser rechazadas y las emociones.

Así que este aspecto también es uno de los que hay que solucionar. Es decir, la terapia sexual puede ir de la mano de la fisioterapéutica. Por otra parte, y dado su desconocimiento y origen se han planteado otras muchas soluciones, desde la cirugía vaginal hasta fármacos para la ansiedad. Por su parte, la Sociedad Española de Medicina Estética ha indicado que se puede tratar con infiltraciones de toxina botulínica.

Tratamientos con fisioterapia

Tratar este tema, muchas veces tabú, con fisioterapia puede parecer poco efectivo y un poco comprometido por el grado de intimidad que implica. Pero los resultados que se alcanzan con la misma son cada vez más patentes.

La terapia consiste en electrodos para relajar la musculatura, dilatadores, trabajar el suelo pélvico antes y después del parto, en este último caso existe un pequeño balón de silicona cuya presión se puede regular y se utiliza durante unos 20 minutos para trabajar la zona.

Todos estos ejercicios y recomendaciones se deben seguir a diario para que surtan efecto.

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