En la mente de todos está bien definido el amor que hay en el norte por la comida, que se convierte más en un ritual que en el mero hecho de saciar una necesidad física. Mucha cuchara, pescados, carnes, dulces de escándalo,..., todo ello calidad y, normalmente, en cantidad. Así, tres asturianos vinieron hace año y medio a la capital a "evangelizar" madrileños a través de su restaurante Lelisé, con alma de chigre pero cuerpo elegante y distinguido. José Ignacio López, uno de los impulsores, y el que se encarga de que en la cocina todo sepa a gloria, con ese toque del norte a caballo entre la tradición y la vanguardia, sabe transmitir todo lo que aprendió de su padre entre fogones; y su equipo, en sala, dar el mejor trato a cada comensal. Para ayudar a la difícil determinación de elegir algo de la carta hay varias opciones con las que salir más que satisfecho y habiendo hecho una parada en todas las secciones de la carta. Es el caso, por ejemplo, del Menú Noreña para mediodía, una oferta que va cambiando semanalmente en la que están presentes los sabores más típicos de Asturias. Se empieza con aperitivos a cuenta de la casa, seguido de, por ejemplo, un pastel de cabracho y centollo del cantábrico sobre una crema de nécoras. Después, una buena fabada asturiana con el compango típico de Noreña, y luego se continúa con un pescado, como puede ser una merluza verde o a la sidra con crujiente de manzana. Se cierra el salado con una carne, como los escalopines de ternera al cabrales con patatinas. A esto hay que sumarle dos postres y un agujero extra en el cinturón. Pero lo mejor es que todo se sirve al centro de la mesa con la posibilidad de repetir tantas veces como se quiera. Otros platos de la carta que no se pueden perder de vista son las Verdinas con langostino, el Steak tartar al gusto, el Solomillo a la parrilla con foie o el Timbal de rodaballo al horno con verduras de temporada.

La alternativa es el Menú degustación. Por 35 € se sirven varios platos sacados de la carta, que es donde brilla la innovación y la fusión con elaboraciones y técnicas más actuales. Incluye tres entrantes por persona, entre los que no suele faltar el plato estrella de la casa, las Setas gratinadas con espuma de ali oli de miel; un pescado como la Merluza Wellington; una carne, como las Milhojas de rabo de toro al chocolate; y para culminar, un dúo de postres sugerencia del chef.

En definitiva, una cocina de mercado para repetir una y otra vez. Además, el servicio en Lelisé es una parte fundamental para hacer sentir al comensal como en casa, ya que hasta la elegante decoración del restaurante contribuye a esta grata sensación. Paredes en tonos claros, mesas bien vestidas, cuadros y objetos como lámparas, jarrones o figuras que podría haber en cualquier hogar, y un detalle que aporta esa chispa mágica: una chimenea con fuego ficticio que aunque no calienta de por sí, aporta ese punto cercano que hace que apetezca pasar la sobremesa con un café y una copa, charlando.