Los expertos señalan que es posible evitar el estreñimiento, de manera general, siguiendo unas sencillas pautas.

Suelen incluir entre sus recomendaciones:

1. Moverse, caminar, hacer deporte o ejercicio a diario para favorecer la motilidad intestinal. Acudir a un gimnasio sería la mejor opción pero, si tu tiempo es limitado, camina todo lo que puedas y haz sentadillas en tu casa.
2. Beber agua en cantidad suficiente para mantener una buena hidratación en el organismo y favorecer la formación de las heces.
3. Educar tu aparato digestivo. Es importante que te acostumbres a defecar en horarios concretos y dedicarle un tiempo suficiente sin estar mirando el reloj porque llegas tarde al trabajo. Tampoco es conveniente pasar horas intentándolo.
4. Controlar el estrés y descansar adecuadamente, porque afectan negativamente a la evacuación normal de las heces. El estrés y la falta de descanso son nocivos para muchas funciones fisiológicas y, en concreto, para la motilidad intestinal.
5. Comer bien. Practicar una dieta variada rica en fibra que incluya varias raciones de fruta diarias (kiwi, ciruelas, etc.), respetando los horarios y masticando los alimentos para favorecer su digestión y la formación del bolo alimenticio. Una opción interesante sería incluir en tu menú diario frutos secos (nueces, avellanas, pistachos, etc.) que resultan nutricionalmente muy completos y favorecen el tránsito intestinal.
6. Evitar el consumo incontrolado de laxantes, salvo por prescripción médica. Su efecto no es inocuo y pueden resultar perjudiciales si los utilizas indiscriminadamente. Aunque los laxantes parecen la solución perfecta, nada más lejos de la realidad. Son compuestos que aumentan el ritmo intestinal y el número de defecaciones y se clasifican en varios grupos: formadores de masa, emolientes, osmóticos, estimulantes de la motilidad, etc. Sus efectos secundarios son importantes (dolor abdominal, náuseas, escozor anal, flatulencia, heces líquidas, trastornos electrolíticos, etc.) y pueden producir tolerancia y dependencia agravando el estreñimiento. Se pueden consumir por vía oral o rectal (supositorios de glicerina), pero jamás sin prescripción de tu médico.

No existen soluciones infalibles pero estas pautas han sido recomendadas por los especialistas sanitarios y suelen resultar eficaces. Consulta a tu médico.