Tres perfiles diferentes: comercial, de ingeniero industrial y de periodista. Tres socios: Álvaro Rodríguez, Álvaro Patón y Pablo Recuenco. Los tres, amigos de juventud, fundaron en 2016 la firma de calzado Morrison. Los tres llevan más de 20.000 pares vendidos a través de su web.

Recuenco nos comenta que se distinguen por ofrecer un producto artesanal y 100% Made in Spain. Empezaron fabricando en Elche (Alicante), pero trasladaron su producción a Brea de Aragón (Zaragoza) cuando adquirieron cierto volumen. "Para un modelo de negocio como el nuestro, se necesita agilidad. Nuestros diseños los necesitamos en mes y medio. Al fabricar en Aragón, disfrutamos de mucha agilidad", declara. Asimismo, apostaron por producir en España porque hay una industria muy potente del calzado en nuestro país y porque les venía bien a los tres. En los inicios de Morrison, seguían trabajando por cuenta ajena y viajar a Elche o a Brea de Aragón les era más sencillo que si tenían que ir a otros países, como podría ser China. "La sociedad y el mercado están prestando atención a temas como el tipo de materiales usados, el origen del calzado y donde fabricas. El hecho de hacerlo en España es un valor para la empresa", reflexiona.

Los suyos son diseños icónicos, urbanos y desenfadados que se adaptan a todos los gustos. El modelo de negocio de Morrison es el de tener un surtido no muy amplio y "customizar". Es decir, personalizar. Desde que fundaron la marca, han lanzado más de 30 modelos. Si bien, su colección siempre ha sido más reducida. Como es una zapatilla muy personalizable, el último paso que han dado ha sido lanzar el servicio MyMorrison, "algo bastante diferencial que permite a cualquier cliente hacerse la zapatilla como quiera". Recuenco destaca que la zapatilla Morrison tiene bastantes piezas y posibilidades de cambiar. Su diseño está pensado para que se puedan modificar muchas partes y pueden ser zapatillas totalmente diferentes. Fue pionero en probar este servicio y diseñar las zapatillas Desalia el actor Maxi Iglesias. "Queremos que los clientes hagan lo que quieran y tengan una zapatilla exclusiva", afirma el cofundador de Morrison. Desde 110 euros, se tiene la posibilidad de realizar más de 100 combinaciones diferentes. Para ello, se dispone de todo el muestrario de telas, serrajes, estampados, suelas y cordones que se han usado desde los orígenes de la marca. El modelo resultante se recibe en cuatro semanas.

De momento, se puede disfrutar de esta experiencia en el Showroom Morrison (calle Duque de Sesto 13. 28028 Madrid) con la ayuda de dos miembros de su equipo de diseño, que asesoran al usuario en sus elecciones. Si ven que funciona bien y que se pueden automatizar ciertos procesos, se extendería a la Web. Es una zapatilla totalmente diferente, elaborada como un traje a medida, aunque sin alejarse de los precios de mercado. Se podría poner un estampado especial que no se tenga en el muestrario, con un coste añadido. Según Recuenco, "no hay límite para hacer lo que el cliente quiera".

Actualmente, venden entre 1.500 y 2.000 pares al mes. Gracias a acuerdos con otras marcas, como Hutton, marca de moda masculina, para que en sus tiendas físicas se puedan comprar zapatillas Morrison. En Madrid, Valencia, Alicante, Tenerife, Las Palmas, Sevilla, Granada, Málaga y Villaviciosa (Asturias) tienen puntos de venta. De esta manera, apoyan el soporte online con el físico. En la web, hacen cambios de talla gratis.

Siempre han estado enfocados al calzado. No obstante, "el nombre de la marca y el faro, su logo, son como muy icónicos". Los tres socios pretenden empoderar a la marca, más que al producto. "Queremos que la gente quiera llevar Morrison", manifiesta Recuenco. Hay camisetas, calcetines, calzoncillos y chanclas Morrison. El faro lo escogieron como logo porque son amigos desde los 15 años y todos los veranos se iban siempre de viaje a destinos de playa, donde suele haber un faro.

Para este año, su meta es afianzarse en la parte internacional. El año pasado, entre septiembre y octubre, lanzaron una campaña de crowdfunding para testar cómo funcionaría en el extranjero la marca. Recaudaron 133.000 euros. De ellos, el 75% era de países extranjeros. Sobre todo de Francia, Alemania, Bélgica, Austria y Reino Unido. A día de hoy, la facturación de Morrison en el extranjero supone ya el 25%. La idea es que a finales de 2019 sea un 30%.

Como otorgan mucho valor a la marca, no son de hacer rebajas constantes. Sí Black Friday y en enero, coincidiendo con un cambio de colección. Quieren construir la marca de forma sostenible. "Cuando hagas la primera compra, en las siguientes te voy a cuidar, porque has confiado en mí. Te pueden gustar o no, pero nuestras zapatillas son diferentes", informa. Ofrecen modelos para todos los públicos. Unos son más agresivos, otros pueden estar orientados a personas mayores. "Para ir arreglado sin necesidad de ir con zapatos. Intentamos sacar diseños para cubrir todas las necesidades de diferentes tribus urbanas; surferos, clásicos, pijos, american, etcétera. Es la gracia de las zapatillas", puntualiza. Las Morrison (excepto un modelo enfocado a las mujeres) son unisex, de la talla 36 a la 46. La conclusión es que "hay una Morrison para cada persona, y más con MyMorrison".