Los adolescentes, en general, viven en su propio mundo, al que los adultos no pueden acceder. En ese estado perciben la realidad de una manera distorsionada y le dan importancia extrema a las opiniones de sus iguales por temor a ser expulsados del grupo al que desean fervientemente pertenecer. En ...
Los adolescentes, en general, viven en su propio mundo, al que los adultos no pueden acceder. En ese estado perciben la realidad de una manera distorsionada y le dan importancia extrema a las opiniones de sus iguales por temor a ser expulsados del grupo al que desean fervientemente pertenecer. En el extremo contrario se sitúan los que se encuentran aislados y disfrutan de esa posición, aunque a los adultos les desespere.
A nivel psicológico destacaría que existen dos polos opuestos:
-El primero se relaciona con la posibilidad de que sea tímido e introvertido y se relacione poco con los demás, dedicando su tiempo a actividades solitarias como escuchar música o jugar con su ordenador. Su autoestima normalmente es baja y no suele interesarse por el mundo que le rodea. Presenta una escasa tolerancia a la frustración, es poco disciplinado y su autoexigencia suele ser nula. Cuando la situación se descontrola, puede resultar adecuado acudir a la consulta de un experto.
-El contrario sería el que se dedica a salir en todo momento, vivir centrado en las redes sociales y pendiente de cada sonido de su móvil del que no se aparta ni para dormir. Esta situación puede desembocar en problemas de ansiedad, relaciones sexuales sin control o consumo de sustancias nocivas influido por el deseo de ser mayor y demostrar que es capaz de hacerlo. Mantener el control por parte de los adultos es fundamental para evitarlo, a pesar de las infinitas discusiones que generará.
Sus hábitos suelen ser perjudiciales para la salud. Normalmente no sigue una dieta saludable porque desayuna mal, come cualquier cosa y bebe demasiados refrescos azucarados. También existe el extremo opuesto ya que es la etapa en la que se producen muchos casos de anorexia y bulimia debido a su necesidad de cumplir con los parámetros que marca la sociedad. No suele hacer ejercicio de manera habitual (o nunca en muchos de los casos) o, todo lo contrario, ya que algunos se obsesionan con la musculación y la pérdida de peso. Se acuesta tarde y duerme poco, por lo que no rinde a nivel académico. Su vida virtual aumenta exponencialmente y no conseguir los "likes" que desea o que no le escriban comentarios en sus fotos se convierte en un grave problema.
El tema de la higiene es otra importante fuente de discusiones. No existe una explicación concreta ni se puede decir que ocurra en todos los casos, pero sí que es muy frecuente entre los adolescentes la renuncia a mantener una higiene adecuada. No quieren ducharse, lavarse los dientes o cortarse el pelo, por ejemplo. Obviamente, no se les puede consentir porque es fundamental que mantengan las normas de limpieza, especialmente en un momento de su vida en el que se producen muchos cambios hormonales.
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