La prevención debe iniciarse en la infancia y, la primera indicación se centra en seguir todas las indicaciones del pediatra para conseguir la salud plena de nuestros niños. Suelen recomendar una visita pautada al oftalmólogo y su seguimiento posterior en función de las necesidades del pequeño paciente. A medida que ...
La prevención debe iniciarse en la infancia y, la primera indicación se centra en seguir todas las indicaciones del pediatra para conseguir la salud plena de nuestros niños. Suelen recomendar una visita pautada al oftalmólogo y su seguimiento posterior en función de las necesidades del pequeño paciente. A medida que nos hacemos mayores, la consulta médica sustituye a la pediátrica, pero continúa siendo necesario acudir a las revisiones periódicas pautadas por el especialista. Además, existen interesantes posibilidades para prevenir la aparición de ciertas patologías asociadas al envejecimiento y que también se producen a nivel ocular.
Los expertos señalan que, para prevenir enfermedades oculares relacionadas con la edad como la DMAE, síndrome de ojo seco, cataratas, visión nocturna, pérdida de agudeza visual, etc. debemos mantener unos hábitos saludables e incluir en nuestra dieta:
-Verduras de hoja verde (espinacas, coles, lechuga, etc.) con carotenoides que protegen la retina y favorecen la función visual.
-Pescado (sardina, salmón, caballa, atún, etc.), con ácidos omega 3 que ayudan a proteger al ojo de la DMAE y del ojo seco, patologías cada vez más frecuentes en la sociedad.
-Brócoli, con carotenoides y vitamina C que forman una sinergia estupenda para cuidar nuestros ojos.
-Germen de trigo, fuente de vitamina E que protege los ojos de la acción de los radicales libres, evitando la oxidación celular y favoreciendo el cuidado de la visión.
-Frutos secos (almendras, avellanas, pipas de girasol, etc.) son fuente de vitamina E, considerada un perfecto antioxidante a nivel celular.
-Legumbres (garbanzos, lentejas, etc.) son fuente de zinc que libera vitamina A del hígado y esta actúa protegiendo la retina.
También señalan la trascendencia de evitar el consumo de suplementos vitamínicos cuyas propiedades no están perfectamente validadas. No se pueden usar libremente debido a que pueden provocar efectos secundarios que afectan a la salud e indican que la automedicación está contraindicada porque no son completamente inocuos. Consulta al especialista ya que es imprescindible la prescripción y control del médico de todas las sustancias administradas en este sentido.
De manera general, sería recomendable: comer de manera saludable, evitar los ácidos grasos trans, reducir las calorías ingeridas, cuidar las posturas (ante la tele, el ordenador, la consola, etc.), realizar las revisiones periódicas adecuadas, evitar el uso de gafas no homologadas, acudir con los niños a revisión y observar su comportamiento visual, trabajar de manera adecuada ante el ordenador, etc. Estas pequeñas modificaciones en nuestro estilo de vida nos permiten mejorar nuestra calidad de vida.
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