Si vives en el convencimiento constante de que sufres una enfermedad, es que eres hipocondriaco. Un lunar, una mancha, el latido del corazón, tos, dolor de cabeza, dolor abdominal, etc., son todo percepciones fisiológicas sobredimensionadas. La persona hipocondriaca es la que manifiesta una extrema preocupación, miedo o incluso la falsa convicción ...
Si vives en el convencimiento constante de que sufres una enfermedad, es que eres hipocondriaco. Un lunar, una mancha, el latido del corazón, tos, dolor de cabeza, dolor abdominal, etc., son todo percepciones fisiológicas sobredimensionadas.
La persona hipocondriaca es la que manifiesta una extrema preocupación, miedo o incluso la falsa convicción de padecer una enfermedad grave.
Y los médicos lo saben bien, están acostumbrados a tratar a personas que aparentemente nunca están satisfechas con su salud y siempre ven enfermedades donde no las hay. Estos pacientes suelen visitar y llamar a la consulta de su médico con más frecuencia por nuevos síntomas o preocupaciones. También tienden a solicitar pruebas innecesarias para calmar sus temores.
Algunas hipótesis relacionan esta tendencia con una predisposición genética, pero también se relaciona con comportamientos que se aprenden o se imitan, por lo general inconscientemente. Cuando en el entorno cercano o en la familia no se habla más que de enfermedades, o te dicen que vayas al médico por cualquier cosa, es probable que se tienda a deformar la realidad malinterpretando cualquier anomalía corporal.
Los síntomas más comunes que manifiesta una persona hipocondriaca son los ataques de pánico o ansiedad, depresión, dolores psicosomáticos, obsesión con padecer enfermedades, pérdida de apetito, problemas de sueño y malestar emocional.
Si crees que sufres hipocondría, te damos unos consejos para superarla y vivir sin esa preocupación a enfermar:
1. La ansiedad en sí misma puede causar síntomas físicos, como dolor de cabeza, mareos y o dificultad para respirar, y que nada tienen que ver con otras enfermedades graves, como el cáncer o problemas cardiacos.
2. No luches contra el miedo ni te fuerces a que desaparezca rápidamente, date tiempo. Respira, relájate y deja que se vaya poco a poco. Cuando dejas de alimentar pensamientos atemorizantes, el miedo se reduce, se aburre y se va por sí solo.
3. Evita la tentación de buscar enfermedades, síntomas y diagnósticos en Internet. Los especialistas ya han puesto nombre a esta mala costumbre, "cibercondría". Buscar información en el ciberespacio solo aumentará la ansiedad.
4. Céntrate en el presente y deja de centrarte en lo que pasará en el futuro.
5. Utiliza técnicas de relajación, con el objetivo de cambiar el foco de atención y poner el foco solo en pensamientos positivos.